Por: Nicolás Salas, periodista del portal Infocielo (Grupo Cielo) y NdeN

En Física la teoría de los dominios (o teoría del magnetismo) plantea, en lo referente a las leyes de atracción, que los polos de distinto signo se atraen. En política suele suceder lo mismo.

La asunción de María Eugenia Vidal al frente de la Gobernación puede haber marcado continuidades y rupturas respecto a la gestión del exmotonauta, Daniel Osvaldo Scioli (DOS). Ahora bien, si nos concentramos en la lógica con la que se aborda la política de medios, podemos ver que la referente de Cambiemos ha logrado realizar algo que pocos esperaban; asumir (conciente o inconcientemente) la herencia medíatica de Scioli.

La aparición de Durán Barba en la escena argentina no hizo otra cosa que expresar una tendencia generalizada de la política tradicional, que apunta, desde el marketing, a concentrar los esfuerzos de llegada y relación con la gente (electores para ellos) a partir de los medios de comunicación masiva, incluyendo redes sociales.

Algunos ejemplos del gobierno anterior. En más de una oportunidad el kirchnerismo puro se mostró disidente con DOS por su relación con los medios concentrados. Cabe recordar que durante su gestión, el entonces gobernador supo degustar los lunchs ofrecidos por el Grupo Clarín, mostrarse amistosamente con la “reina” de los amuerzos televisivos y ser condescendiente con varios periodistas-lobbystas de TN.  Puestas en escena pueden registrarse varias, la del asesinato de Candela fue la más patética de todas.

En algo que sí acordaron “los soldados de Cristina” y el exmandatario provincial fue en los últimos comicios presidenciales. Allí aunaron esfuerzos en desarrollar la “campaña del miedo”, iniciativa más vieja que la escarapela, que permitió generar la polarización del escenario mediático nacional, logrando un contraste entre los competidores que no era necesariamente tal (no son lo mismo, pero propongo hacer el esfuerzo y ver declaraciones de Marangoni, Bein y el mismo Scioli respecto a algunas de las medidas tomadas por Cambiemos durante los primeros meses de gobierno).

Volviendo al gobierno actual. ¿Qué retoma y profundiza Vidal de Scioli?

La puesta en escena y la campaña del miedo ante todo. Ambas utilizadas de manera burda y contradictoria. Por ejemplo, ni bien iniciada la puja con las fuerzas de seguridad provincial, Vidal denunció varias amenazas telefónicas (todos los gobernadores suelen recibirlas), situación desde donde justificó su decisión de irse a vivir a la Base Área de Morón (y gastar millones en su remodelación y en los viajes diarios que realiza en helicóptero hasta la Gobernación en La Plata).

En el mismo momento que se desenfundaba una reversión de la "campaña del miedo", los operadores del PRO hacían una puesta en escena por demás bizarra. ¿No parece raro que mientras Vidal afirmaba que su vida corría riesgo (por “luchar contra los malos”) se mostraba sin custodia, como una vecina más, haciendo compras en un supermercado? Idéntica situación se repitió días atrás cuando se circuló una foto de la gobernadora comiendo una ensalada en un Mc Donald de Camino Centenario en La Plata.

Vidal en “riesgo de muerte” (la ironización no niega la existencia de amenazas) camina como una bonaerense más por supermercados y casas de comida rápida. La intención de mostrar a la gobernadora cerca de la gente tropieza con la torpeza de la "campaña del miedo" desandada. Cabe reflexionar que, o bien la seguridad de la mandataria bonaerense es digna de la precaria parodia noventosa “La Brigada Explosiva” o su política de medios subestima intelectualmente a las más de quince millones de personas que habitan las 135 ciudades bonaerenses.