Centro Vasco: la Hoguera de San Juan se hizo en cada casa y se pidieron deseos

La clásica conmemoración del país vasco, que en nuestra ciudad es típica con una gran fogata en la avenida 58, frente a la institución, no se pudo realizar por segundo año, por la pandemia. Una de las referentes destacó que esto "resignificó el fuego, la sencillez de prender en tu casa con maderitas y quedarse contemplando y pidiendo deseos". La realidad hoy del Centro Vasco.

El Centro Vasco en Necochea es una institución muy importante tanto en la cultura euskera mundial, ("euskaldun") sino también por su historia en la ciudad y su dinámica con un simbolismo comunitario muy particular. Los 23 de junio se conmemora una de las festividades más importante en la mencionada cultura: la noche de San Juan.

Así como tres días antes es el comienzo del invierno, el solsticio, el comienzo de un año nuevo en el hemisferio sur para la cultura de los pueblos originarios. Tal como se explicó en una nota el año pasado sobre estas fechas, debido a la pandemia ya no se puede realizar el épico fuego, los bailes dantzari y las comidas y bebidas típicas.

Maite Bilbao volvió a expresar a Noticias de Necochea las particularidades que vive el Centro Vasco en el segundo año de la pandemia, en la segunda ola de virus.

Respecto a algunas primeras dificultades, expresó que la principal es la de poder estar en contacto entre la comunidad: "el no poder vernos, no poder trabajar juntos, organizar una fiesta juntos, divertirnos", expresó al inicio de la charla y entró en detalle: "Como colectividad, como familia, hace mucho que el poder trabajar y organizar la fiesta, lo disfrutamos tanto como la fiesta", dijo y sentenció: "Ahora ya hace un año y pico que no nos vemos".

También mencionó los trabajos y atención que lleva mantener semejante edificio, como el dispuesto históricamente en 58 y 65: "Hay que estar al tanto siempre, cómo están las condiciones edilicias, el mantenimiento, etc", expresó Maite. Sucede que ahora el espacio tiene sus pequeños momentos de actividad, como las actividades de Paleta, que pudieron regresar a practicarlo. En Básquet quisieron empezar pero las restricciones de la Fase 2 no lo permitieron.

Por su parte está el legendario restorán: "en cualquier momento abre" explicó respecto al espacio que se mantuvo abierto todo el verano y luego debió cerrar en la segunda ola de pandemia. En ese sentido marcó como otra complejidad las propias dificultades de los concesionarios: "Sufren muchos parates, épocas cerrados, sin ingreso, entonces también estar pendiente de ellos, colaborar y ellos con nosotros", expresó.

Por otro lado existen las clases de idioma euskera, tanto para adultos como para chicos. "De la adversidad muchas veces surgen cosas lindas, y nosotros nunca tuvimos en cuenta lo virtual, pero viene bien para aquellos que se quieren cuidar" dijo. Cuando hubo posibilidad de volver a lo presencial algunos decidieron quedarse en casa y practicaron la bimodalidad, ahora nuevamente todo virtual. "Mucha gente adulta que se ha adaptado perfectamente, eso también es a destacar", dijo a NdeN Maite.

El fuego y la sencillez

Una vez despejada la temática de las dificultades del Centro, Maite expresó cómo llevaron adelante un nuevo 24 de junio para poder mantener la cultura. Más allá de la historia de la fogata inmensa, y lo que alguna vez fue la quema de la zorguiña (típico de Necochea pero que se decidió dejar de hacer por cuestiones explicadas en esta nota del año pasado). Maite explicó: "En general se trata de escribir deseos o cosas de las que se quieran despojar en papelitos, y arrojarlos al fuego, quien con su poder purificador los cumplirá y desterrará lo malo por todo el año", dijo respecto al núcleo del rito vasco.

En esta situación de pandemia, entonces, se invitó a que cada cual lo haga en sus hogares: "prender una fogata y continuar con la tradición de los papelitos", así de simple. En ese sentido Maite remató la nota expresando: "Esto de la hoguera de San Juan, el no haber podido hacer la quema como normalmente, fue hasta beneficioso en algun sentido, porque resignificó el fuego, lo que es la hogera en sí, la sencilléz de prender en tu casa", dijo y resaltó: "Algunos en una maceta de barrio, otros en la estufa hogar, otros en el patio, pero con la sencillez de juntar 4 maderitas, dejar los papelitos y estar contemplando el fuego y ese momento especial de estar pidiendo deseos. Le tomamos el significado real desde la individualidad, solos en silencio y en casa, y despues compartirlo entre todos con fotos. Hay cosas que tomaron más valor".