Vale recordar que la rabia es una enfermedad infecciosa mortal si no se hace la prevención necesaria, que afecta fundamentalmente al sistema nervioso. Es producida por un virus y se transmite por mordedura, lamedura y/o arañazos de animales mamíferos enfermos, como perros y gatos.
“En la provincia de Buenos Aires los murciélagos son insectívoros, por lo que no atacan al hombre o animales, pero si están enfermos o moribundos (animales caídos, desorientados, encontrados de día en sitios no habituales) pueden morder, momento en el que son potenciales transmisores de rabia. Las aves, reptiles, anfibios, peces y artrópodos no transmiten la rabia”, explican en el portal pertinente del Instituto Biológico “Dr. Tomás Perón”, que dependen de la cartera provincial.
Entre la exposición (mordedura, lamido, arañazo) y la aparición de síntomas (período de incubación) pueden pasar 3 a 8 semanas, la herida cura, pero en el caso de que el animal estuviese con rabia, la infección continúa. Este período es variable y depende del sitio de inoculación del virus, agregan al respecto.