La misma determinó que los restos son compatibles con los de un submarino, posiblemente alemán, según un dictamen de los ingenieros navales Juan Martin Canevaro y Andrés Miguel Cuidet quienes actuaron como peritos de parte del grupo de investigación Eslabón Perdido que encontró el ignoto navío hundido y realizó la respectiva denuncia de hallazgo ante la Prefectura Naval Argentina el 9 de marzo de este año.
Para llegar a esa conclusión, Cuidet y Canevaro -actual presidente del Consejo Profesional de Ingeniería Naval- analizaron una gran cantidad de fotos y varias horas de videos subacuáticos del naufragio obtenidos por esa fuerza de seguridad y por Eslabón Perdido.
Previamente, tras una inspección subacuática del pecio realizada por la Prefectura Naval Argentina, el ministerio de Seguridad de la Nación aseguró que no se pudo identificar el tipo de navío descubierto cuya historia es un misterio ya que no hay registro oficiales conocidos sobre dicha unidad naval que se fue a pique a 4,2 kilómetros de distancia de las playas.
A esto, desde la agrupación liderada por Abel Basti agregan que: "Si bien los restos náufragos se encuentran semienterrados y el casco está muy destruido, los expertos Canevaro y Cuidet pudieron detectar piezas indudablemente identificatorias como por caso un periscopio, un instrumento de observación conformado por un tubo y un sistema de ópticas cuyo extremo sobresalía por sobre la superficie cuando el sumergible navegaba en inmersión".
Tras descartar que se tratan los restos de un buque, los peritos concluyeron que la “zona de dispersión” de los restos del naufragio guarda relación con el tamaño de los submarinos oceánicos de la Segunda Guerra Mundial, citando a modo de ejemplo los modelos alemanes tipo IX y XXI que tenían más de 76 metros de eslora.
Los ingenieros navales mencionados además indicaron que una parte de la estructura analizada “resulta compatible con la torreta de un U-Boot” (abreviatura del alemán Unterseeboot, nave submarina). También, de acuerdo al estudio de las imágenes observadas, señalaron que “se puede apreciar las estructuras de soporte de la cubierta principal de un sumergible”, entre otras consideraciones similares realizadas al identificar piezas de la nave compatibles con ese tipo de navíos de guerra. Debe señalarse que los peritos aclararon que el estudio se realizó sobre filmaciones obtenidas con poca claridad y que por lo tanto las conclusiones alcanzadas son “aproximaciones ya que no estamos logrando ver, en las imágenes suministradas para esta pericia -por el deterioro del casco, la sedimentación acumulada y la poca visibilidad-, la estructura completa del sumergible”.
Finalmente, como dato adicional, los peritos advirtieron que no se ha encontrado documentación de la nave ni dato alguno relacionado a su
hundimiento ocurrido a unos 11 kilómetros de la ciudad balnearia de Necochea. Los expertos, para avanzar en la investigación, sugirieron la extracción de muestras de metal para su posterior análisis así como de algunas piezas, por ejemplo el periscopio, para su estudio. También concretar un registro global del pecio mediante un sonar multihaz lo que permitiría un mapeo completo con detalles de la superestructura del casco.
Por otra parte, Eslabón Perdido solicitó una segunda pericia a la Liga Navale Italiana (LNI), una prestigiosa entidad, reconocida internacionalmente,
especializada en naufragios de naves y submarinos de la Segunda Guerra Mundial. Dicha organización, que está bajo jurisdicción del ministerio de Defensa de Italia, dará a conocer su dictamen en los próximos días.
Sin embargo en el video donde habla Basti se expresa que el perito Fabio Biscioti y la pericia italiana identificaron la estructura de cubierta, y que el casco presenta signos de ser deliberadamente explotado posiblemente con la finalidad de borrar evidencias. También aseguran que el periscopio aun se encuentra allí en el fondo de mar.
Basti cierra el video diciendo: "El submarino de Hitler ha sido identificado 77 años después de haber arrivado a Argentina, en un exitoso plan de escape liderado por el Fuhrer antes que terminara la segunda guerra mundial", finaliza el video donde Basti expresa las novedades.
Se trata de agrupación de voluntarios, coordinada por el investigador Abel Basti, que precisamente se creó con el objetivo de encontrar los cascos de submarinos nazis que hacia el final de la Segunda Guerra Mundial llegaron clandestinamente al país y que, tras los desembarcos, fueron hundidos por sus tripulantes para no dejar rastros.