Según la Primera Encuesta de Prevalencia de Asma de 2015, en Argentina alrededor de 4 millones de personas sufren de asma. Además, se registran alrededor de 15,000 internaciones debido a crisis asmáticas y 400 muertes al año a pesar de contar con tratamientos adecuados. Es preocupante que se estima que la mitad de las personas que padecen la enfermedad no saben que la tienen.
De acuerdo con el Global Asthma Report 2022 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el asma afecta a aproximadamente el 9% de los niños, el 11% de los adolescentes y el 6,6% de los adultos en todo el mundo. La tasa de asma aumenta a medida que las comunidades adoptan estilos de vida occidentales y se urbanizan. En los países en vías de desarrollo, la prevalencia está aumentando rápidamente en los últimos años, y el 80% de la mortalidad mundial por asma se produce en estos países.
Para controlar el asma, es fundamental recibir el tratamiento correcto y tener acceso a medicamentos. El tratamiento más efectivo son los antiinflamatorios de las vías aéreas, como los corticosteroides inhalatorios de acción tópica, que son seguros para el paciente y pueden utilizarse solos o asociados a broncodilatadores. Tener el asma bajo control significa no presentar síntomas, no tener limitación para las actividades físicas habituales y no necesitar medicación aliviadora rápida o de rescate.
Para dar respuesta a este gran problema, diferentes sociedades científicas como la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC) y la Sociedad Argentina de Medicina (SAM), la ONG GANOA y la Asociación Argentina de Pacientes con Asma están trabajando en conjunto. Estas instituciones conformaron un grupo asesor para impulsar la creación de un Programa Nacional de Asma y Políticas de Salud que permitan controlar adecuadamente esta enfermedad en Argentina.