Hallazgo histórico de investigadores necochenses en las Sierras de Tandil

En un emocionante hallazgo histórico, investigadores del CONICET de Necochea desvelaron los misterios de una antigua civilización que floreció hace 5000 años en las escarpadas sierras entre Tandil y Necochea. El equipo, dirigido por Mariano Colombo, antropólogo e investigador del Área de Museos de Necochea, llevó a cabo una extensa campaña de investigación en el sitio arqueológico El Picadero, ubicado en La Numancia, en el límite de los partidos de Necochea y Tandil.

El sitio, interpretado como una mina prehispánica debido a su complejidad y la cantidad de pozos utilizados para la extracción de materias primas, es uno de los contextos únicos de estas características investigados en Argentina. Los hallazgos incluyen artefactos de piedra, restos de huesos, pigmentos minerales y herramientas de talla, proporcionando una visión reveladora de cómo las antiguas comunidades indígenas obtenían y trabajaban las rocas.

Según Colombo, en una entrevista para el diario LA NACIÓN este descubrimiento es crucial para entender la forma de vida y trabajo de las poblaciones originarias de la región pampeana. "Las excavaciones se realizaron en el sitio arqueológico El Picadero, y toda esta zona estuvo poblada por pueblos originarios desde hace por lo menos 12.000 años de antigüedad", explicó. El trabajo arqueológico revela la presencia de canteras primitivas en los cerros, donde los pueblos originarios obtenían y tallaban rocas de gran valor económico, que se distribuían a lo largo de vastas áreas de la pampa húmeda y sus alrededores.

El hallazgo incluye canteras con "una explotación muy intensiva en forma de pequeñas minas", indicando la actividad sostenida de estas comunidades. Se descubrieron restos óseos de animales, herramientas de piedra especializadas y pigmentaciones utilizadas para adornar tanto la ropa como el cuerpo de estas poblaciones.

Este revelador descubrimiento, realizado durante la segunda campaña de investigación en 10 años, es fundamental para arrojar luz sobre cómo habitaban estas comunidades indígenas. El estudio de huesos datados aproximadamente hace 5000 años ofrece perspectivas invaluables sobre sus prácticas y actividades diarias.

El apoyo y permiso de los propietarios de campos fueron esenciales para llevar a cabo esta investigación, destacando la importancia de la colaboración comunitaria en la preservación del patrimonio cultural. El equipo espera que estos hallazgos continúen enriqueciendo nuestra comprensión de las antiguas poblaciones que dejaron su huella en las sierras entre Tandil y Necochea.