El fotógrafo, quien trabajaba para la revista Noticias, había capturado la atención del país al fotografiar al empresario Alfredo Yabrán, en aquel entonces centro de una investigación por corrupción política. La foto, publicada en la portada de la revista, desató una serie de amenazas y advertencias hacia Cabezas y su familia, que culminaron en su trágica muerte.
El cuerpo calcinado de Cabezas fue encontrado dentro de su auto, un Ford Fiesta, en un paraje cercano a Pinamar. Las manos del fotógrafo estaban esposadas a la espalda y presentaba lesiones de dos disparos en la cabeza, evidencia de un crimen planificado y ejecutado con brutalidad.
El caso desencadenó un proceso judicial que llevó a la condena de varios implicados, entre ellos miembros de la banda "Los Horneros" y agentes policiales. A pesar de las condenas, las reducciones de pena y las controversias judiciales posteriores, el legado de Cabezas perdura como un recordatorio constante de la importancia de la libertad de prensa y la lucha contra la impunidad en Argentina.
En vísperas de este nuevo aniversario, la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina emitió un comunicado reafirmando su compromiso con la memoria de Cabezas y la defensa de la libertad de prensa.
Su legado continúa inspirando a generaciones de periodistas y ciudadanos a mantener viva la memoria de aquellos que dieron su vida en la búsqueda de la verdad y la justicia.