El nuevo sistema de prescripción electrónica implica que los médicos ya no podrán emitir recetas en formato papel, sino que deberán generar la receta a través de una plataforma digital habilitada. Una vez que el médico prescribe el medicamento, el paciente debe dirigirse a una farmacia con la documentación correspondiente, que incluirá la receta electrónica y los datos de su cobertura de salud (obra social o prepaga).
En la farmacia, el personal podrá verificar la receta mediante el sistema digital, lo que facilitará la entrega de los medicamentos recetados. Este proceso tiene como objetivo reducir los errores humanos, facilitar el control y mejorar la trazabilidad de las medicaciones prescritas.
Aunque las plataformas electrónicas que generan las recetas pueden variar, todas deben estar registradas en el Registro Nacional de Plataformas Digitales Sanitarias (ReNaPDiS). Este registro garantiza que las plataformas sean seguras y cumplan con los requisitos establecidos por las autoridades sanitarias.
La provincia de Buenos Aires, por ejemplo, ya cuenta con su propia plataforma desde 2023, pero a partir de ahora, todas las plataformas deberán ajustarse al formato único que regula esta modalidad en todo el país.
Las recetas emitidas en papel antes del 31 de diciembre de 2024 seguirán siendo válidas durante un período de transición. Sin embargo, el sistema en papel solo será aceptado en situaciones excepcionales, como en zonas de difícil acceso o sin conectividad, o bien en caso de interrupciones temporales del sistema.
Para que la receta electrónica sea válida, deberá contener los siguientes datos obligatorios:
El Ministerio de Salud asegura que la implementación de la receta electrónica traerá beneficios tanto para los pacientes como para los profesionales de la salud. Entre las principales ventajas se destacan: