En el Banco Nación, el dólar oficial se ubicó entre $1.430 y $1.480, con un avance de $15 respecto del cierre del último viernes. Para los ahorristas minoristas, la divisa en los bancos osciló entre $1.420 y $1.470, mientras que el dólar “blue” se mantuvo como la opción más barata en la City porteña, en torno a los $1.405/$1.425.
El movimiento cambiario se produjo luego de que el Gobierno dispusiera nuevas restricciones sobre operaciones de los agentes de bolsa, limitando la dolarización mediante cauciones en los mercados MEP y CCL. La medida fue interpretada en la plaza financiera como un retorno parcial al cepo cambiario, generando preocupación en los inversores.
En paralelo, el ministro de Economía, Luis Caputo, reiteró que el Gobierno defenderá el techo de la banda cambiaria —ubicada en torno a los $1.472— con el respaldo del FMI. Sin embargo, distintas fuentes del sector financiero aseguran que en encuentros recientes el presidente del BCRA, Santiago Bausili, dejó abierta la posibilidad de una flexibilización posterior a los comicios de octubre. Estas señales cruzadas alimentaron la incertidumbre en los mercados, que temen un desgaste de las reservas justo cuando el país enfrenta vencimientos de deuda por más de u$s6.000 millones hasta enero de 2026.
La tensión cambiaria ya impactó sobre los bonos soberanos, que la última semana acumularon bajas del 14% y llevaron el riesgo país a niveles cercanos a los 1.100 puntos básicos, el registro más alto desde octubre de 2024. A la vez, operadores estiman que el BCRA y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad habrían vendido alrededor de u$s300 millones para contener la cotización, reduciendo aún más el margen de maniobra oficial.
En este escenario, el Gobierno apuesta también a un gesto político internacional: el presidente Javier Milei viajará a Nueva York para recibir el Global Citizen Award en la gala del Atlantic Council, donde estará acompañado por la directora del FMI, Kristalina Georgieva, y el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent. La “foto” con estas figuras es interpretada como una estrategia para reforzar la confianza de los mercados en medio de la volatilidad.
Con un dólar que ya acumula una suba del 40% en lo que va del año, frente a una inflación del 20% en el mismo período, la incógnita central es si el Gobierno logrará mantener la calma cambiaria hasta las elecciones. Los analistas anticipan que, tras los comicios, podría implementarse un ajuste en la banda para permitir una depreciación controlada del peso, orientada a recuperar reservas y aliviar la presión sobre la deuda externa.