La reforma forma parte de un paquete de modernización laboral y tributaria que Milei anunció recientemente. Entre los principales cambios se destacan:
Eliminación de indemnizaciones por despido, reemplazadas por un fondo de cese laboral similar al de la UOCRA.
Banco de horas, permitiendo compensar horas extra con tiempo libre en lugar de pago adicional.
Contratos en cualquier moneda, incluyendo dólares.
Flexibilización de vacaciones, donde el empleador decidiría los días y fracciones en que se toman.
El gobierno argumenta que estas medidas buscan reducir la informalidad laboral, que afecta al 50% de los trabajadores, y poner fin a la “industria de los juicios”. Sin embargo, los sindicatos advierten que podrían implicar un retroceso en derechos adquiridos durante décadas.
Varsavsky insistió en que se trata de un borrador y que aún no hay políticas confirmadas. Aun así, la discusión se intensifica a medida que el proyecto se acerca al Congreso, donde la negociación con oposición y gremios será clave para su implementación.