Consumado su cierre por parte del gobierno nacional, miles de jubilados y pensionados deberán “rebuscárselas” para lograr acceder a un derecho tan básico como el poder realizar trámites concernientes a su salud.
Dora Ferreyra es una abuela pronta a cumplir 88 años, que realiza los trámites en el PAMI Quequén por su propia cuenta. “Cada vez que tiene que hacer un trámite se va caminando hasta PAMI de Quequén, así como ella, lo hacen muchos abuelos. No dejemos que lo cierren, no dejemos que les sigan sacando sus derechos”, aseguró Lucrecia Rivero, nieta de inmutable anciana.
¿Por qué inmutable? Porque la jubilada tiene un fractura de cadera y así y todo cada vez que debe hacer un trámite en el PAMI se va caminando desde su casa en 542 y 525 hasta la oficina que la obra social posee en 521 y 550.
La abuela quequenense, de vocación quintera, cobra la pensión mínima y desde la década del 80 vive en Quequén. Ahora el gobierno de Mauricio Macri pretende que viaje hasta el PAMI Necochea sin más, con o sin recursos, estando o no en condiciones físicas.
El caso de Dora es uno más de los 2600 afiliados y afiliadas que desde el año 2000 se han dirigido a las oficinas del PAMI Quequén, esas oficinas que el macrismo pretender borrar de un plumazo y que la sociedad quequenense se niega a resignar.