Los últimos meses el debate sobre el futuro del Complejo Casino de Necochea ha sido un tema prioritario en la agenda política y pública de nuestros vecinos de la ciudad. También simboliza un debate que como sociedad aún tenemos inconcluso frente a la imposibilidad de establecer un consenso básico sobre lo que queremos ser.
El frente costero es uno de esos debates que, con idas y vueltas, demuestra nuestra falta de acuerdo como sociedad para tener un proyecto de distrito más allá de una gestión. Un proyecto integral donde el privado y el público trabajan codo a codo.
No debemos descartar nada que sirva para sacar al Casino de la situación en la que está, incluyendo -en tanto no haya una alternativa mejor- la posibilidad de vender un sector determinado del mismo. Pero siempre y cuando se respete un amplio espacio de uso público y verde para todos; la idea de lotear para vender y cerrar el espacio para unos pocos está en las antipodas de nuestro pensamiento.
Tenemos una responsabilidad institucional, resolver los problemas de la gente, y si 20 concejales, un intendente y los diferentes sectores políticos y económicos no tienen la audacia de acordar un proyecto común que cierre con todos los necochenses adentro, todo el arco político le deberá explicar el porqué a los ciudadanos.
Necesitamos avanzar sobre un desarrollo sustentable, un crecimiento dinámico y un reposicionamiento urgente de Necochea, debemos demostrarle a la sociedad que el camino es el del diálogo y que el futuro no se impone con una gestión, sino premiando a quien emprende, generando producción y trabajo para nuestros vecinos.
El Estado debe intervenir en la planificación urbana que estimule el sentido de comunidad y pertenencia para reestablecer un lazo comunitario que hemos perdido.
Como dirigencia debemos avanzar sobre un consenso político en torno al Complejo Casino, donde sea prioritario el uso público y el respeto del espacio verde que es patrimonio de todos los necochenses.