

“Cuando se comenzó a disparar el proceso inflacionario en el año 2017, evaluamos con mayor seriedad un cambio en el perfil de nuestra cartera de inversiones, y en ese sentido se tomaron medidas de acción para el refugio y sostenimiento del valor de los bienes de la Caja, por lo que se priorizó la adquisición de inmuebles para evitar que se deprecien las inversiones”, aseguró Murúa.
“De un inmueble propio y dos alquilados pasamos a tener 17 propiedades, que en los próximos 18 meses van a llegar a las 52, una inversión ‘en ladrillos’ (como se decía antes) que garantiza la fortaleza del ahorro de todos los colegas”, añadió.
Además, detalló que durante la gestión se pudo hacer crecer el patrimonio de los kinesiólogos asociados en más de un 1.200%, con una proyección de los valores patrimoniales al 31 de diciembre que llegaría a 4.865 millones de pesos.
Entre los logros señalados, Murúa habló del desafío que representó mantener en pie el organismo con dos años de pandemia: “Fuimos solidarios con aquellos deudores, generamos créditos para que pudieran saldar sus deudas y generamos beneficios para que aquellos colegas pudieran alcanzar una jubilación digna, ya que la Caja es un organismo que tiene 11 años”, explicó.
“Nosotros no gestionamos para hoy, gestionamos para el futuro. Estamos hablando de una caja que se dedica a asegurar las jubilaciones de los kinesiólogos”, enfatizó.
Para finalizar el profesional del cuerpo técnico del Lobo dijo: “Este domingo 23 de octubre, entre las 8.00 y las 16.00, los kinesiólogos de la provincia de Buenos Aires vamos a elegir nuevas autoridades para renovar parcialmente nuestro Directorio y Comisión Fiscalizadora, y para tal fin habrá mesas en las diez delegaciones del territorio provincial. No alcanza para comprar un kilo de pan. Hoy el mayor problema de los kinesiólogos es el valor que pagan las prestadoras por cada sesión de labor profesional. La representación colegiada no le corresponde a la Caja, no es su función. Pero el hecho de que quienes negocian en nuestro nombre, hayan acordado 345 pesos por cada módulo kinésico, que además se cobra con dilación, es el verdadero drama de todos los colegas kinesiólogos”.