

La incógnita sobre la verdadera identidad de los restos y su posible conexión con un submarino alemán que participó en la Segunda Guerra Mundial ha capturado la atención de expertos y entusiastas de la historia. La confirmación de estas certezas se espera a través de un operativo para el cual se ha ofrecido la colaboración de un buzo italiano especializado en la exploración de naufragios. Según registros fílmicos y fotográficos, el pecio encontrado en las playas de Quequén podría tratarse de un U Boot Clase IX, un tipo de submarino altamente valorado por la Kriegsmarine debido a su capacidad para realizar travesías de larga distancia y su potente armamento.
"Sería el descubrimiento naval más importante de la historia argentina"
Sin embargo, el Gobierno nacional aún no ha respondido a la propuesta de colaboración y plan de trabajo presentado por la Liga Naval Italiana, a la cual pertenece el buzo especialista Bisciotti. Esta falta de respuesta ha generado cierta incertidumbre en torno al futuro de la investigación. Abel Basti, quien encabezó el equipo responsable de la expedición que confirmó la existencia de los restos submarinos el año pasado, ha manifestado su preocupación al respecto. Basti se encuentra preparando una nueva incursión utilizando tecnología adecuada que permitiría obtener una imagen en 3D mediante un sonar multihaz. Esta tecnología avanzada podría brindar más detalles y finalmente revelar la verdadera identidad de lo que se ha planteado como el "descubrimiento naval más importante de la historia argentina", según un proyecto presentado en el Senado de la Nación.
El hallazgo de los restos submarinos se confirmó en marzo del año pasado y fue ratificado posteriormente por la Prefectura Naval Argentina, que también realizó una expedición en la zona costera ubicada entre los distritos de Lobería y Necochea, a unos 100 kilómetros al sur de Mar del Plata. Aunque la ubicación de los restos fue identificada, aún no se han determinado las características que permitan establecer el origen exacto de este casco.
Las repercusiones del descubrimiento han alcanzado el ámbito internacional, generando atención y especulación. Ariel Gelblung, director del Centro Simon Wiesenthal para América Latina, ha expresado su preocupación por el silencio del gobierno argentino ante este tema, afirmando que alimenta la especulación y las sospechas. Medios de comunicación de Estados Unidos y Reino Unido han dedicado espacio a notas periodísticas sobre este hallazgo, destacando las dudas que persisten en torno a su ubicación sorprendente y la aparente resistencia a esclarecer el caso por parte de los organismos competentes del gobierno nacional.
Basti ha denunciado que la Prefectura Naval Argentina llevó a cabo un costoso operativo sin lograr identificar los restos náufragos, contrastando esta situación con los modestos recursos con los que su equipo, denominado "Eslabón Perdido", realizó la exploración inicial y las pericias que indicaron la posible identidad del submarino alemán. Según el Ministerio de Seguridad, responsable de la Prefectura Naval Argentina, durante el relevamiento se obtuvieron ocho horas de imágenes gracias al trabajo de buzos y un robot (ROV), material que se encuentra bajo resguardo del Servicio de Salvamento, Incendio y Protección Ambiental. Sin embargo, la duda central persiste: ¿era o no un submarino?
La inquietud por desvelar este enigma no solo busca brindar contexto e información histórica sobre este hallazgo, sino también descartar posibles riesgos. Si se trata de una embarcación de guerra, como se presume, es probable que todavía albergue parte de su potencial bélico, incluyendo armamento y explosivos. Diversos actores políticos han expresado su apoyo para avanzar en este proyecto con el objetivo principal de obtener una certeza absoluta sobre el tipo de embarcación encontrada, su origen, cómo llegó a estas costas y las circunstancias en las que terminó hundida en el fondo del mar.
Tanto en el Senado como en la Legislatura Nacional se han presentado proyectos relacionados con este descubrimiento para valorar su significado e impulsar acciones que permitan revelar la identidad del submarino, así como su relevancia histórica. Según el periodista Abel Basti, ya se ha confirmado que no se trata de un resto arqueológico, basándose en las imágenes obtenidas durante el operativo y las expediciones realizadas por la Prefectura Naval Argentina.
La incertidumbre y la expectativa continúan creciendo mientras se espera el próximo verano, cuando Basti y su equipo planean llevar a cabo una nueva exploración con tecnología avanzada para obtener una imagen en 3D del submarino y finalmente revelar su verdadera identidad. Si se confirma que se trata de un submarino alemán de la Segunda Guerra Mundial, este descubrimiento podría convertirse en uno de los hitos más importantes de la historia naval argentina.