

Lo sorprendente fue el modus operandi que utilizaron dado que el ladrón ingresó corriendo al pequeño local, para -tras rebotar en un pequeño mueble- saltar el escritorio, un vidrio y quedar del lado de adentro del local, donde se encontraba la quinielera.
Una vez en ese lugar se apoderó de la recaudación del día, el celular de la trabajadora y nuevamente en un rápido movimiento huyó junto a su compañero.
El robo ocurrió alrededor de las 19.20 y los individuos tendrían entre 18 y 25 años, con capuchas y gorra y uno de ellos trepó dos metros para pasarse del sector donde atiendo al público. No exhibieron armas.
La propietaria del lugar quiso dar a conocer este hecho delictivo para que se conozca esta nueva forma de delinquir que tienen los malvivientes en nuestra ciudad.
Estos robos exprés e ingresando a los saltos es común en las grandes ciudades donde no sólo lo hacen en comercios sino también en colectivos.