

Por: NOTICIAS DE NECOCHEA
La expedición, respaldada por prestigiosas organizaciones ambientales como Greenpeace y el ICB, busca generar conciencia sobre los peligros que la exploración petrolera representa para el ecosistema marino y resaltar la importancia de su preservación. La participación de Luciano Valenzuela, quien también es miembro del ICB y del CONICET, ha aportado una valiosa experiencia y conocimiento científico a esta misión.
Realizarán diferentes tareas de investigación en aguas internacionales en las zonas dónde se planea el proyecto petrolero del bloque CAN 114 (que ya está autorizado para la prospección sísmica luego de que se dejase sin efecto una medida cautelar que frenó la actividad durante un año).
Durante el transcurso de la expedición, el equipo científico ha tenido la oportunidad de presenciar una rica variedad de especies marinas en su hábitat natural, incluyendo ballenas jorobadas, orcas, delfines, lobos marinos y aves marinas. Estas observaciones han confirmado la importancia del Mar Argentino como área de alimentación y tránsito para estas especies emblemáticas del ecosistema marino.
El trabajo realizado por Luciano Valenzuela y su equipo de científicos resulta especialmente relevante en el contexto actual, donde los planes de exploración petrolera en estas aguas representan una amenaza para la biodiversidad marina y el equilibrio ecológico. Mediante la recopilación de datos científicos y la presentación de informes a las autoridades competentes, este proyecto busca respaldar la protección de las aguas del Mar Argentino y garantizar la conservación de su valioso ecosistema.
La participación de un investigador necochense en esta expedición conjunta demuestra el talento y la contribución científica de nuestra comunidad local. Luciano Valenzuela, a través de su destacado trabajo en el CONICET y su afiliación con el ICB, ha puesto en alto el nombre de Necochea al formar parte de esta iniciativa de gran relevancia.
Las exploraciones sísmicas se realizan para localizar hidrocarburos en el fondo marino. Funcionan efectuando disparos submarinos con cañones de aire que crean ruidos increíblemente fuertes, que provocan impactos en más de 300 mil km2, una superficie equivalente a la provincia de Buenos Aires.
Las ondas sonoras de estos disparos viajan al fondo del océano, se reflejan y son captadas por sensores remolcados detrás del buque de exploración. Los datos recolectados se utilizan para crear mapas del fondo marino detallados, que las compañías petroleras usan para determinar las ubicaciones para la perforación.
Esta práctica es una amenaza para el Mar Argentino y lo está llevando al borde del colapso, ya que sus impactos ponen en peligro a todas las especies de nuestra región como la ballena franca austral, el delfín franciscana, orcas, lobos marinos y pingüinos.