

Respecto de cómo fue la designación, Mestre dijo que se trató de una decisión del Papa a partir de las consultas que hace a través de la Nunciatura y la Congregación de Obispos y precisó que se despedirá de Mar del Plata el sábado 9 de septiembre a las 4 de la tarde con una misa que se celebrará en Catedral, mientras que tomará su nueva función una semana más tarde, el sábado 16 de septiembre.
"Por un lado, experimentó la gran alegría de aceptar una nueva responsabilidad, una responsabilidad mayor por lo que estructuralmente significa ser arzobispo y particularmente, arzobispo de la Plata, donde está la capital de la provincia más importante de nuestro país. Y a la vez, por otro lado, el desgarrón de dejar la diócesis de Mar del Plata, no lo puedo negar y lo confieso públicamente", contó.
Luego confesó que "en tres momentos me largué a llorar, digamos, porque realmente es un desgarrón. Soy marplatense, me tocó la dicha de ser pastor de la ciudad y la diócesis donde nací, donde crecí, donde maduré, así que es un desgarrón. Pero lo acepto con muchísima alegría por cumplir la voluntad de Dios y porque también de corazón quiero a la ciudad y a la arquidiócesis de La Plata porque allí me formé para ser sacerdote".
En cuanto a cómo se definirá su reemplazo, Mestre explicó que una vez que asuma su nuevo cargo se definirá un administrador interino que estará durante el resto de septiembre y hasta fines de octubre, momento en el que calculó que se nombrará al flamante obispo de la diócesis que incluye a Necochea.
El caso Serre
Por último al hacer un repaso de los seis años que estuvo a cargo de la Diócesis de Mar del Plata, reconoció que pasó un mal momento cuando salió a la luz un caso de abuso sexual por parte de un clero de la diócesis de Mar del Plata, hecho que calificó de "durísimo" y "vergonzoso".
Este hecho fue el que vinculo al cura párroco de nuestra ciudad José Luis Serre.