

(FOTO PAGINA XII)
De acuerdo a fuentes oficiales, Molares se encontraba cubriendo la manifestación, que tenía como objetivo expresar la disconformidad con el sistema electoral y promover la voz de la ciudadanía en la construcción democrática. La protesta se tornó violenta cuando las fuerzas policiales intervinieron, hiriendo gravemente a varios manifestantes y deteniendo a algunos de ellos.
En medio de este caos, Facundo Molares fue brutalmente golpeado y, según los testimonios de los testigos presentes, sufrió asfixia debido a la presión ejercida por un agente de la policía con su pierna. Una testigo, que presenció los eventos trágicos, relató a los medios: "Lo agarraron, lo arrastraron, lo asfixiaron con la pierna. Vinieron a arrebatarle la vida a un compañero".
La noticia de la muerte de Molares se propagó rápidamente, provocando una ola de indignación y tristeza en la comunidad periodística, así como entre las organizaciones de derechos humanos y la sociedad en general. Las agrupaciones Votamos Luchar y Rebelión Popular denunciaron en un comunicado que el fotoperiodista fue víctima de una violencia desmedida por parte de las fuerzas de seguridad, resaltando que Molares estaba presente en la protesta para informar y documentar los acontecimientos.
Las reacciones no se hicieron esperar, y muchos se unieron en el repudio a la represión policial y a la pérdida de una vida en el ejercicio de la labor periodística.
Tanto la ineficacia de los gobiernos provinciales, nacionales y municipales en materia de seguridad, el aumento desmedido del narcocrimen y como la creciente situación de pobreza e indigencia en el país, han sido puestos bajo el foco de atención en medio del asesinato ocurrido ayer con el caso de Morena y ahora se suma una "muerte dudosa" en plena represión de la policía de la ciudad. Para cerrar, medios nacionales anunciaban la muerte de un médico en manos de motochorros para robarle su auto.
Las circunstancias que rodean la muerte de Facundo Molares están siendo investigadas por las autoridades judiciales. Mientras tanto, la comunidad periodística y los defensores de los derechos humanos están demandando transparencia en el proceso y responsabilidad por parte de las fuerzas de seguridad involucradas en la represión.
La partida de Molares no solo representa la pérdida de un valioso profesional del periodismo, sino que también subraya la urgente necesidad de abordar las cuestiones de seguridad ciudadana y la manera en que se manejan las manifestaciones públicas en el país.
Mientras la sociedad llora la pérdida de Facundo Molares y exige respuestas, queda claro que este lamentable episodio resalta la importancia de preservar los valores democráticos y los derechos fundamentales en un contexto en el que la participación ciudadana y el periodismo juegan un papel crucial en la construcción de un futuro más justo y equitativo.
Facundo Molares era fotoreportero y militante político. Tras el estallido social y económico de 2001, salió a recorrer Latinoamerica y, en 2003, se sumó a la columna Teófilo Forero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que dejó en 2018. En 2019, a pesar de acarrear problemas de salud, Molares estaba en Bolivia durante el golpe contra el presidente Evo Morales y resultó herido en uno de los ataques de los grupos de ultraderecha que impulsaron el golpe. Tras sufrir una insuficiencia renal e internado en el Hospital Japonés de Santa Cruz de la Sierra quedó detenido por el gobierno de facto de Jeanine Áñez.
En diciembre de 2020, la Cancillería argentina consiguió su extradición, pero en noviembre de 2021 fue detenido en Chubut, donde vivía junto a su padre, por un pedido de extradición emitido por la Justicia colombiana. Por orden del juez Guido Otranto --el mismo que instruyó la causa de Santiago Maldonado--, Molares pasó 263 días detenido en la cárcel de Ezeiza a la espera de un juicio de extradición, que fue desestimado finalmente por la Jurisdicción Especial para la Paz colombiana. En 2022 fue excarcelado y tuvo que fija domicilio en la Ciudad de Buenos Aires a la espera de quedar desvinculado de la causa.