

La preocupación inicial se originó cuando una residente del área, devastada por la trágica pérdida de su propio perro, alzó su voz denunciando una serie de casos de envenenamiento en el rango comprendido entre las calles 89 y 99, así como las calles 30 y 32. Estos informes rápidamente se difundieron a través de un grupo comunitario de seguridad, un canal de comunicación que busca mantener a los vecinos informados sobre asuntos relevantes para la comunidad.
El impacto de esta situación ha sido tal que los residentes de Barrio Parque se han unido en una preocupación compartida, algunos incluso planeando dirigirse a la Dirección de Bromatología en busca de respuestas y soluciones. Los dueños de las mascotas afectadas, quienes han tenido que recurrir con urgencia a veterinarios locales, han expresado su angustia frente a la incertidumbre acerca de la supervivencia de sus fieles compañeros peludos.
En respuesta a este triste panorama, los veterinarios han ofrecido recomendaciones a los dueños de mascotas en la zona, instando a evitar medidas improvisadas que puedan empeorar la situación de salud de los animales. Asimismo, se ha resaltado la importancia de mantener a las mascotas bajo supervisión y, en la medida de lo posible, dentro de espacios seguros mientras se investiga y aborda el problema.
Aunque las autoridades locales han sido alertadas sobre los incidentes, hasta el momento no se han presentado denuncias formales por parte de los afectados ante la Justicia. No obstante, existe un creciente interés en determinar la naturaleza del veneno o sustancia tóxica que ha afectado a los animales. Se especula que algún tipo de químico prohibido podría estar involucrado, lo que ha llevado a las autoridades a instar a los residentes a proporcionar información precisa y detallada sobre lo que pudieron haber observado en el momento de los incidentes.
En este contexto de preocupación, grupos defensores de los derechos de los animales y organizaciones dedicadas al bienestar de las mascotas han intensificado sus esfuerzos para brindar apoyo a los afectados y crear conciencia sobre la importancia de respetar la vida y el bienestar de los animales en la comunidad. Se ha señalado que, en algunos casos, los envenenamientos pueden ser resultado de desacuerdos entre vecinos, donde la falta de diálogo y empatía lleva a acciones extremas con consecuencias lamentables.