

En el año 1998 se armó un hexagonal donde también jugaron Lanús y Huracán, lo que incentivaba aún más a quienes por la distancia no podían ver a jugadores de primera división. La Copa "Ciudad de Necochea" era un atractivo para los visitantes y locales, que se acercaban en familia a ver a sus ídolos.
Éran años previos a que el sistema colapse en 2001, por lo que la economía de la clase media aún no se veía tan afectada. Los precios de las entradas no eran un impedimento, pero si la violencia de siempre que rodea la cultura "del aguante".
Corría el verano de 1998 cuando llegaron decenas de micros provenientes desde Rosario trayendo hinchas de ambos clubes, y la situación no terminó como lo esperado. Tras escaramuzas aisladas en Quequén y en la zona de la Villa Balnearia, un enfrentamiento mayor se dio en calle 50 entre 57 y 59 donde barras rosarinas se enfrentaron a tiros dejando como saldo un hincha de Newell’s herido de bala que debió ser trasladado al Hospital Ferreyra. Resultó ser un hombre de 34 años llamado Ricardo Flamenco.
Se detuvieron hinchas de Newells por el suceso, pero la situación quedó en la nada. Luego, los organizadores pusieron punto final a los torneos en Necochea, también sumada a la presión por ir a Mar del Plata, con otra infraestructura y demanda.
Así, Necochea quedó en la retina de los hinchas que venían a ver a sus ídolos. Aquel torneo terminó con Newells campeón al vencer por penales al Gimnasia de Timoteo Griguol. Años más tarde, el Tripero jugó un amistoso en el verano de 2012 ante Belgrano de Córdoba, con la presencia de unos tres mil hinchas. Fue el último registro de equipos de primera disputando partidos entre si.
Los amistosos se suceden con planteles de pretemporada con equipos locales, como aquel recordado del Vélez de Gareca que desembocó en la contratación del Kuky Berón, flamante campeón con Villa Díaz Vélez semanas atrás.
También, es recordado el plantel del Tolo Gallego cuando vino un invierno previo a salir campeón a correr al parque de nuestra ciudad, como los planteles del Vélez de Bianchi, campeón del mundo en el 1994.
Necochea es una ciudad tentadora para ponerse a punto desde lo físico, y tal vez algún día vuelva a ser un punto de seducción para la alta competencia del fútbol de elite.