

Marcelo Paz, uno de los guardavidas involucrados, declaró a NDEN: "El perrito estaba muy alterado, se echaba y cuando pasaba alguien los tarasconeaba. Por eso decidimos atarlo, con la soga del torpedo, y cuando me fui a agarrar me mordió a mí, no es grave, pero queríamos que no pasara a mayores". Paz enfatizó que en ningún momento se aplicaron golpes al animal y rechazó las acusaciones de maltrato y uso de formol. "Apenas tenemos en el botiquín curitas y agua oxigenada" agregó.
Por su parte, Alberto Condenanza, concesionario del balneario Poseidón, negó haber solicitado el sacrificio del perro, afirmando que no estaba presente en el momento del incidente. "Me enteré a las 7 de la mañana de hoy, ni siquiera estuve presente", declaró.
En respuesta al suceso, la Comunidad de Ayuda Animal de Necochea emitió un comunicado expresando su repudio ante lo sucedido. En el texto, se menciona: "Rubio es un perro comunitario, que hace años deambula por distintos barrios de la ciudad... Ante esta situación un grupo de guardavidas intentó sujetarlo...para ello usaron la fuerza física y violenta. Lo sujetaron, lo durmieron con cloroformo...lo ataron totalmente y le dieron una paliza fenomenal". La organización anunció que iniciará acciones legales por maltrato animal y exceso de violencia.
El incidente ha dividido opiniones en la comunidad, recordando la urgencia de abordar la presencia de perros callejeros en Necochea. Las imágenes del suceso, que circularon en las redes sociales, han generado diferentes interpretaciones sobre lo ocurrido. ¿Protección o maltrato? La discusión está abierta.