

La decisión llega en un momento de controversia, tras una marcha universitaria en rechazo al veto de Milei a la Ley de Financiamiento Universitario. Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, defendió la medida argumentando que "quienes vienen a estudiar a nuestro país, no se quedan y no pagan ningún impuesto, es razonable que hagan alguna contribución". Según Menem, la creciente llegada de estudiantes extranjeros indica que la educación en Argentina es más accesible que en sus países de origen.
Una vez que se reglamente esta iniciativa, cada universidad tendrá la autonomía de decidir si implementa o no el cobro a estudiantes extranjeros. Hasta ahora, esta opción ha estado prohibida en el país, lo que representa un cambio notable en la política educativa nacional.
Además, la normativa modificará la forma en que se distribuyen los recursos presupuestarios, vinculándolos a la cantidad de alumnos y graduados en cada institución. También se incorporarán criterios para evaluar el desempeño de docentes y la efectividad del sistema educativo.
El número de estudiantes extranjeros en universidades argentinas ha crecido de manera constante. Según datos del Ministerio de Educación, en 2015 había casi 56,000 estudiantes extranjeros, cifra que se incrementó a más de 117,000 en 2021. Sin embargo, estos representan solo el 4.1% del total de estudiantes de pregrado y grado, y el 9.9% en el nivel de posgrado.
Algunos sectores universitarios han manifestado su sorpresa ante la medida, señalando que no fueron notificados previamente. Desde la Universidad de Buenos Aires (UBA), se subrayó que la institución actualmente no acepta estudiantes extranjeros no residentes, lo que podría generar confusión y debate sobre la implementación de esta nueva normativa.