Esteban Ramos es necochense y dialogó con NdeN. Formado en el colegio 28 y en la técnica 3, inició su historia en el Cenáculo, un espacio cultural clave para experimentar sus primeros pasos. “Me puso en contacto con gente muy grosa”, expresa.  En el 2006 llegó a La Plata y se abrazó a la Estación Provincial, hasta el año pasado que creó el Sindicato Argentino de Boleros. “Siempre estuve en proyectos colectivos y comunitarios. Eso me hizo formarme y trabajar en conjunto”, confiesa.

Con sólo 18 años se sumó a la comisión directiva de la Estación Provincial -un lugar emblemático de La Plata- y su camino llevó 17 años, casi la mitad de su vida, hasta el 2023. Un ferrocarril que se convirtió en un polo cultural. Hizo todos los pasos: desde cobrar entrada, arreglar las sillas, pintar el espacio, a armar agendas y viajar por el país con encuentros nacionales e internacionales con redes de centros culturales. “Siempre hice la comunicación, mientras estudiaba en Periodismo de la UNLP. Produje la cartelera, y cumplí el deseo de congregar a mucha gente de Necochea: tocó el Plan de la Mariposa, Jeites, The Marielenos. Eso fue un sueño, cuando esas bandas estaban en crecimiento”, contó.

Trabajando y produciendo fechas en La Plata como el Centro Cultural Favero, Olga Vázquez, el Teatro Opera y tantos lugares fue abriendo caminos. Hace un año cortó el cordón umbilical de la Estación en buenos términos, y esa energía la llevó a un proyecto nuevo en octubre de 2023: el Sindicato Argentino de Boleros. Creó con dos cabezas más un espacio que “genera un movimiento, un club atlético, el amor, el romance, el encuentro. Para que la orquesta de 16 instrumentos funcione, debía ser de una jornada semanal”, cuenta.

El ciclo se llama Amor de miércoles y cumple un año: “Reafirmamos el encuentro, con el género musical de temas clásicos pero también hay algo de lo social, con gente que baila, come, y toma algo. Ahí produzco el ciclo y hago la comunicación”, explica.

El espacio desembarcó en el club Ateneo Popular de la ciudad de las diagonales, con centros de mesa, decoración y luces que generan un ambiente único. “Somos 45 personas trabajando. Cuando hablamos de gestión cultural, debemos decir que hay gente que trabaja detrás con una consigna en común. Un colectivo de personas motorizados de forma profesional, con esfuerzo y amor”, dice con orgullo. Sara Hebe, Lula Bertoldi, Juan Quinteros, son algunos de los invitados que pasaron.

Su marcas de la ciudad que lo vio nacer

“Uno de mis sueños es llevar la orquesta a Necochea. En enero hay chances de que hagamos una gira por la costa. El desafío de la banda es sumar kilómetros”, cuenta Esteban, una persona que trasmite energías y es conocido por las calles de la cultura que no se olvida de Necochea, porque siempre vuelve. 

“Lo valioso de ver espectáculos en vivo para Neco, tener la posibilidad de ese estímulo, se plantea en el ciclo. Ante tanta virtualidad, los instrumentos en vivo hacen una sonoridad única. También hay clases de baile y narración teatral”, explica, y agrega sobre sus marcas de la infancia: “Recuerdo el festival del bosque en 1998, fue clave para mi vida”.    

Esteban muestra su pasión por la cultura, por el arte, por la generación de proyectos. Un profesional que milita el encuentro y las redes colectivas. Con su cuaderno no quiere olvidarse de nada, en su afán de comunicar. Los miércoles circula por los pasillos del Ateneo Popular tratando de que todo salga bien, como antes lo tenían en la Estación Provincial. Días atrás llegaron a Luzu TV a tocar con la orquesa, uno de los mimos del camino. Ahí se lo vio activando cultura con Nacho Elizalde, otro necochense que nunca olvida el mar argentino.

Por último, deja un mensaje para quienes miran hacia adelante y dudan en el transitar: “Hay que confiar en los proyectos, en los delirios. Hay contras en el camino, pero me genera confianza lo genuino. Nos motorizan. Nos acercan. Con algo de suerte también, eso sucedió”.

 

 

 

 

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