

El fallo del juez Ramos Padilla también subraya la validez del escrutinio en distritos clave como Quilmes y La Matanza, dos de los principales bastiones del sector Evolución, que había postulado a Pablo Domenichini, el candidato apoyado por Facundo Manes y Martín Lousteau. La justicia consideró que las irregularidades detectadas en estos distritos no fueron suficientes para anular los resultados y, por lo tanto, no ordenó la repetición de las elecciones.
Sin embargo, el tribunal determinó que las elecciones en el distrito de Ezeiza debían repetirse debido a graves irregularidades que afectaron la validez de los comicios en ese municipio. A pesar de esto, el resto de los resultados en la provincia se mantuvieron firmes, y se ratificó la victoria de Fernández en varios distritos clave.
El fallo fue un duro golpe para el sector de Evolución, que había impulsado a Domenichini como candidato y había cuestionado abiertamente la legalidad de los comicios. La decisión de la justicia, que no dio lugar a la repetición de las elecciones en distritos como Quilmes y La Matanza, ha generado fuertes críticas por parte de los apoderados de la lista de Lousteau y Manes, quienes ahora analizan si apelarán la decisión.
En sus consideraciones, el juez Ramos Padilla remarcó que las irregularidades en Quilmes, La Matanza y Ezeiza afectaron la transparencia del proceso, socavando la credibilidad del comicio y la confianza de los afiliados en el proceso electoral. "Estas conductas atentaron directamente contra la credibilidad de las autoridades del Partido Unión Cívica Radical y desacreditaron la buena actuación de aquellos que se movilizaron para cumplir con sus responsabilidades durante las elecciones", indicó Ramos Padilla en su fallo.
Además de la disputa en el Gran Buenos Aires, la Justicia Electoral también ratificó la victoria de la lista de Abad en Mar del Plata, una ciudad estratégica para el oficialismo radical, donde la UCR ha mantenido una alianza política con el PRO. La victoria en este distrito es clave, ya que afianza la posición de la UCR en la provincia y en una de las zonas más disputadas entre las fuerzas políticas de Juntos por el Cambio.
Este enfrentamiento en la UCR bonaerense refleja una crisis interna más profunda que afecta al partido a nivel nacional. Las divisiones ideológicas entre el sector oficialista de Abad y la facción de Evolución de Lousteau y Manes han desencadenado tensiones personales y estratégicas que han fracturado aún más las bases del radicalismo.
Fuentes internas señalan que las acusaciones de manipulación de votos y falta de transparencia en la gestión de las juntas locales en distritos como Quilmes y Ezeiza han contribuido a un clima de alta tensión entre los dos sectores. Los reproches y las críticas mutuas se han intensificado, reflejando una situación cada vez más difícil de controlar.
El sector de Abad criticó la falta de apoyo de Manes en su propio distrito, mientras que los seguidores de Evolución señalaron el uso de la maquinaria partidaria por parte del oficialismo para garantizar la victoria de su lista. Este clima de confrontación ha dejado al descubierto las fisuras dentro del partido, lo que muchos consideran como una señal de que la UCR está atravesando su momento más crítico en mucho tiempo.
A nivel nacional, la fractura en el bloque de diputados de la UCR y las tensiones dentro de Juntos por el Cambio también contribuyen a una crisis mayor, en la que las disputas internas del radicalismo parecen intensificarse sin soluciones a la vista. Con las elecciones de 2025 en el horizonte, la UCR de Buenos Aires enfrenta el desafío de preservar su unidad ante un panorama cada vez más fragmentado y polarizado.