

En su infancia en el barrio 9 de Julio la radio era la que manejaba la emoción semanal, con relatos de Victor Hugo y compañía. Años después las redes sociales la encontraron con un proyecto que no para de crecer: Muchachas. “A todas las chicas de mi generación nos pasaba. Jugaba en la calle al fútbol pero no había espacios para hacerlo formalmente. Los que lo hacían de verdad eran los nenes. Hoy existen los clubes pero aún falta desarrollo”, sintetiza, y agrega: “En las calles del 9 de Julio recuerda un vecino que me decía Maradó. Eso lo recuerdo como algo lindo, pero también había de lo otro. Las etiquetas de siempre: machona, marimacho, el fútbol es de varones”.
Así, visibiliza una cultura que históricamente las marginó pero que a fuerza de lucha y militancia empieza a abrir puertas. “No sólo en la infancia, también en la universidad. Los varones se sorprendían si una mujer juega bien”, completa.
A la par de su trayecto educativo formal, Johana destaca la importancia de la calle como escuela de vida: “Gran parte de lo que sé, no tiene que ver con los títulos educativos, con los certificados. Siempre me interesó la comunicación, desde chica recuerdo jugar, hacer programas de radio, me grababa con casette, jugaba a ser conductora. Luego tuve la suerte de ir al colegio Capuchinos, con talleres de comunicación que me marcaron bastante. En Buenos Aires decidí estudiar Letras, siempre dentro de las humanidades y el lenguaje. Si bien no terminé, tuve experiencia con la militancia política, siempre en equipos de prensa, haciendo comunicados”.
Tras su paso por la ciudad de la furia, hace diez años regresó a Necochea, y en 2015 empezó profesorado en Lengua y Literatura. Se recibió en 2022 y se dedica a la docencia. Pero también, al regresar empezó a escribir para portales digitales locales, cubría noticias. “Siempre tuve de manera colateral esta dedicación a la comunicación”, confiesa.
Trabajando en la Técnica 3 en contacto con otros docentes, le despertó el interés por lo multimedial. Ahí aprendió distintas técnicas y estilos para hacer cosas nuevas. “Charlando con un amigo, me di cuenta que no me interesaba hacer carrera en el aula. Por eso me pareció interesante combinar con otras actividades, donde hay otros saberes para crecer. Me da miedo la repetición, así que buscando, me vinculé con Alfredo Barros y me sugirió hacer algo con el fútbol.”, cuenta, en relación a Muchachas, el medio que hoy dirige y no para de crecer.
Así lo expresa: “El proyecto empezó a desarrollarse. Yo jugaba torneos de fútbol, y al conocer mucha gente del ámbito salió naturalmente. Había un nicho por explorar. Las instituciones bancaron, las jugadoras también. Le dimos nombre a lo que estaba funcionando”
A su vez, destaca la buena respuesta de la comunidad: “Emprendedores acompañaron desde un principio, sobre todo para los gastos diarios para afrontar las coberturas. Fue el impacto inicial, ahora tenemos más de cuatro mil seguidores. No sólo fue página de instragram, sino también transmisiones en vivo. Quería participar desde otro lugar”.
Ojo, no todo es bueno en el ambiente: “Me presenté ante el círculo de periodistas deportivos pero nadie me contactó. Son indicios de que hay grupos cerrados a espacios y tradiciones”
Al proyecto se le sumará un programa de radio. “Muchachas creció en un momento de mucha creatividad de mi parte, iba en la bici pensando, paraba en una esquina y anotaba ideas. Lo supe aprovechar, pero detrás de mi trabajo hay jugadoras que te facilitan la tarea. Es una militancia colectiva, se fue haciendo entre todas”, dice.
Sin dejar de poner en crisis discursos de antaño, mira para adelante: “Creo que Muchachas es pionero. Siempre me decían que el fútbol femenino no garpa, pero la idea es demostrar lo contrario. Le damos una impronta de género, no nos quedamos sólo con el deporte. En ese sentido es único, tiene una perspectiva crítica. No sólo es Necochea sino también la zona”, indica, mientras manifiesta su deseo de ampliar el equipo de trabajo para que Muchachas siga creciendo de cara al 2025.
“Buscamos mayores condiciones de igualdad en el desarrollo del fútbol tanto masculino como femenino. Hay mucha predisposición de jugadoras y de clubes. El fin de semana fui al homenaje a las campeonas en San Cayetano. Ellos tienen una comisión del fútbol femenino con una presidenta mujer, y no todos los clubes lo tienen. Eso se traduce en el éxito del equipo”, argumenta y expone: “Las jugadoras me han dicho de poner plata para filmar los partidos, cosa que no acepto”.
“Mi sueño es vivir de esto, que el proyecto siga a largo plazo. Apoyar a otras mujeres, cubrir los distintos deportes. Sigo aprendiendo, viajando, que este medio de comunicación aporte su granito de arena para transformar realidades. Queremos ser modelos para las generaciones que vienen”, concluye Johana, quien abre caminos a las nuevas generaciones para otro tipo de ">periodismo.