“Soy de Necochea, mi familia ha vivido siempre acá. En cuanto a mi lazo paterno fueron comerciantes gastronómicos de la ciudad, tuvieron el Café Tatalo, uno de las primeros en Necochea. Era un lugar en el que solíamos trabajar en las temporadas, con mis hermanos y mis primos, nuestra infancia/adolescencia transcurría ahí, en la 83, en la peatonal, el verano, vivir en la playa, cerca del mar, marcó mi historia y hoy es el lugar que sigo eligiendo para transitar mi vida y la de mi bebé que está en camino.” 

Así comienza hablando con NdeN Jimena Dones, una de las jóvenes profesionales de la ciudad que abrió su consultorio hace ocho años y a su vez se dedica a la docencia. Mientras trabaja se toma un tiempo para responder preguntas sobre su vida y su trayectoria, con una mirada crítica sobre la realidad.

¿Cómo fue tu formación?

Me fui a estudiar a La Plata, comencé en la UNLP los primeros años de psicología. Fueron cuatro años, y como se me hacía difícil vivir lejos del mar, averigüe sobre la UNMDP y decidí mudarme a la ciudad de Mar del Plata donde culminé mis estudios. 

La psicología siempre fue un área que me interesó, me analizo desde muy chica, adolescente podría decirse. En aquel momento había muchas preguntas en mi vida, y lo veía como un lugar para encontrar respuestas, a mi vida personal y a cuestiones que me fueron pasando. Es una elección, una decisión, la carrera, y hoy profesión, que sigo reafirmando a lo largo de los años.

¿En qué áreas te fuiste desarrollando?

Soy especialista en Piscología Clínica de adultos con orientación psicoanalítica. Estoy diplomada en salud mental y derechos humanos. La realidad es que, en cuanto a la inserción laboral en la ciudad, te cuento que mientras terminaba la carrera, realicé el curso de Acompañante Terapéutico lo que me permitió insertarme antes de recibirme.

Hice los últimos años la carrera a distancia porque ya estaba trabajando como Acompañante Terapéutico, en el área jurídica y de salud mental, esto me fue abriendo puertas, y así fui conociendo diversos equipos interdisciplinarios. Tuve distintos acompañamientos terapéuticos en el Hospital Taraborelli, en la Clínica Psiquiátrica Privada José Ingenieros y así fui caminando los pasillos de lo que sería luego mi lugar de trabajo, la salud mental.

A medida que trabajaba como acompañante, varios profesionales del área de salud mental referían querer mi CV cuando me recibiera. Así fue que una vez recibida hice una concurrencia ad honorem por cinco meses en la Clínica Psiquiátrica Privada José Ingenieros, hasta que me contrató el Dr. Mario Di Mauro, director y dueño de aquella institución en aquel momento. Esta última no sólo recibía pacientes de la ciudad sino de todo el partido de Necochea, fue un gran aprendizaje profesional por la diversidad de problemáticas en salud mental que se trabajaban. 

Hace tres años que me dedico exclusivamente a mi consultorio privado, trabajo con adultos mayores de edad. También doy clases, soy profesora en la Tecnicatura Superior de Acompañamiento Terapéutico en el Instituto 31.

¿Crees que la situación del país afecta en la salud mental?

Me parece muy importante pensar y destacar el concepto de salud mental, que establece la Ley Nacional de Salud Mental N° 26.657 la cual la define como un proceso que se ve influenciado por factores históricos, culturales, socioeconómicos, biológicos y psicológicos.

Por supuesto que quienes llegan al consultorio están atravesados por la situación social, económica y vincular que los atañe. Es necesario tener una mirada integral del sujeto y de la salud mental, pensarlo en lo que concierne a su subjetividad y no como un sujeto anónimo con síntomas y signos para diagnosticar. Es un sujeto que padece de acuerdo al momento que le toca vivir. 

¿Cómo la ves hacia el futuro?

Es necesario que nos comprometamos como profesionales a seguir actualizados, formándonos, que no entremos en la lógica de “hacer la plancha”. Es importante el trabajo en equipo, interdisciplinario. No creer que tenemos todos los saberes y respuestas a las consultas.  

Es importante y urgente la implementación plena de la Ley Nacional de salud mental 26.657, no solo en las instituciones sino en el ejercicio de las practicas profesionales. El hospital Taraborelli es un claro ejemplo de eso.

Entiendo que para continuar avanzando en la plena implementación de la misma se requiere profundizar en la pregunta que nos convoca como profesionales de salud por el sentido de lo que hacemos, que nuestras acciones/intervenciones tengan sustento en el respeto por la singularidad y deseo del otro, en el compromiso de acompañar a las personas que padecen, recuperando la dignidad de los usuarios de salud mental en cuanto sujetos de derecho.