lunes 12 de mayo de 2025 - Edición Nº3144

Sociedad | 4 dic 2024

NI UNA MENOS, VIVAS NOS QUEREMOS

Indignación, bronca y dolor en la marcha por Magalí Vera: el silencio y el estado son responsables

En una multitudinaria marcha que tuvo lugar ayer por la tarde frente al Municipio convocada por la Asamblea Feminista local cientos de vecinos y vecinas exigieron justicia y condena ejemplar para el femicida Javier Cerfoflio. "El silencio es complicidad y el machismo mata" fue una de las frases que resonaron en la dolorosa movilización.


Por: Lucila Merzario

Ayer por la tarde la convocatoria para exigir Justicia por Magalí Vera resonó y conmovió el centro de la ciudad. La jornada convocó a cientos de vecinos y vecinas quienes se concentraron frente al Municipio para reclamar por la jóven de 34 años a la que su esposo con una brutalidad salvaje le arrebató la vida el pasado domingo. Fue convocada por la Asamblea Feminista quien extendió la invitación a familiares y amigas de Magalí. Reclamaron por políticas públicas que acompañen a las víctimas para llegar a denunciar y asistencia real a quienes padecen este cruel flagelo. La marcha se extendió hacia la Comisaría Primera donde permanece alojado el femicida Javier Cerfoglio. 

Las consignas unánimes y a viva voz fueron:  "Ni una Menos, Vivas nos Queremos", "Vecino, Vecina no sea indiferente nos matan a las pibas en la cara de la gente", "No fue un accidente, fue femicidio", "Justicia por Magalí", "Cerfoglio Asesino" y  "El silencio es complicidad y el machismo mata". Voces desgarradas, almas desoladas y llanto invadiendo las caras de quienes ponen el cuerpo en la calle para reclamar por Magalí y por todas las mujeres que viven bajo el calvario de la violencia de género. 

Duele pensar que el compromiso abunda cuando hay una víctima, debemos apostar por estar antes de los hechos consumados.

Ninguna mujer murió en el agua, ningún despiste ocasionó el accidente, nadie merece morir a manos de un hombre, merecemos un estado presente, políticas públicas integrales para prevenir este brutal flagelo. Necesitamos profesionales de la salud comprometidos con su tarea, el silencio y la complicidad matan y de eso como comunidad debemos hacernos cargo. 

El duro video que circuló ayer fue la gota que terminó de colmar el vaso, cómo durante minutos se obvserva una feroz golpiza a una mujer y nadie pudo ayudarla. Es tiempo de actuar antes de tener que lamentar este tipo de tragedias. La muerte de Magalí Vera podría haberse evitado. 

El feminismo en Necochea no nace desde que le arrebataron la vida a Magalí, convoca desde hace más de siete años acuerpado en diferentes mujeres, identidades disidentes, organizaciones sociales y políticas que hacen carne sus reclamos en la plaza, en la calle, y en las movilizaciones, pese al desprecio de una parte de la sociedad que tiene privilegio de criticar desde sus casas. 

"Si tocan a una salimos todas" es una frase que sigue resonando. Este año en Necochea nos arrebataron a Magalí pero también a Digna. Y desde 1987 hasta la actualidad a 16 mujeres les arrancó la vida un hombre violento, machista y sano del patriarcado. Para algunas no hubo justicia, de otras ni siquiera sabemos dónde están, y en el caso de Magalí y Digna sus femicidas hoy permanecen tras las rejas aún sin condena. ¿Cuántas más tienen que morir para que el estado y la comunidad entienda que la violencia de género no es una problemática individual sino una cuestión social?  El "no te metas" provoca estragos y despues, una catarata de lamentos en vano. Debemos como sociedad disipar las diferencias partidarias porque los femicidios no distinguen colores y arrasa con la vida de las que menos tienen y de las que más tambien. 

Ya no quedan dudas que lo de Magalí fue un femicidio y que la UFI10 a cargo de Walter Pierrestegui avanza a pasos agigantados en la recolección de pruebas para lograr una contundente acusación de camino a una condena ejemplar. Pero ¿quién nos devuelve a Magalí?

Vivimos en un contexto social donde, le pese a quien le pese, el gobierno nacional desfinancia y desprestigia la lucha y las convicciones de miles de mujeres y personas disidentes que vienen reclamando a gritos atención, cuidado, prevención y asistencia. Con un gobierno nacional que intenta imponer por sobre las millones de denuncias certeras y desgarradoras el concepto de "falsas denuncias" cuando en Argentina cada 30 hs una mujer muere asesinada casi siempre por su pareja. Y no menos responsable el gobierno municipal que desde su asución a la fecha le ha quitado recursos e importancia a una Oficina de Políticas de Género que repite sus inconsistencias una y otra vez ante la mirada indiferente de quienes deben cuidarnos. No alcanza con un posteo en redes sociales, se necesita convicción política, dinero, y profesionales a la altura de un compromiso integral que venga a por todo. 

Hay que dejar de desprestigiar a organizaciones comprometidas con este tipo de causas que fueron las primeras que no dudaron que no había sido un accidente y gritaron a viva voz: ¡Fue femicidio! Hay que dejar de leer medios que siempre titulan mal, defienden en primera instancia a los agresores y esconden su cobardía a través de una pantalla. Hay que trascender los afiches violetas, las campañas vacías en redes, las políticas austeras de cartón. Como comunidad debemos comprometernos a la hora de denunciar este tipo de violencia, cualquiera sea, porque la violencia psicológica es la antesala a un crimen brutal como el que acabamos de vivir. El "no te metas", el silencio, el morbo, la desacreditación a las mujeres, siempre, terminan mal y lo pagan nuestras mujeres con sus cuerpos.

Perdonanos Magalí.

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