

Nacida en Necochea, Ayelén se mudó a Rawson junto a su familia en 1993, siendo apenas una niña. La razón del traslado fue que su abuelo, dueño de un barco pesquero llamado Don Francisco, recibió una oferta para trabajar en el Puerto Rawson. "A mi abuelo le ofrecieron venir a trabajar a Rawson y vinimos todos a probar suerte", recuerda Ayelén, quien señala que, en esos primeros años, el trabajo fue complicado debido a la falta de pescado, especialmente langostinos.
Fue en el año 2000 cuando la pesca de langostinos comenzó a tomar fuerza en Rawson, y en 2005, el Don Francisco fue reemplazado por una nueva embarcación, el Diego Fernando, lo que permitió a la familia Lecumbarry continuar su actividad en el mar. "Yo me crié en este ámbito, andaba con mi papá en los barcos para todos lados, a pesar de que estudiaba", comenta Ayelén. La pesca, una tradición familiar en ambos lados de su familia, es para ella una pasión que no se puede describir con palabras.
En 2018, Ayelén y su esposo solicitaron un permiso para la pesca artesanal de arrastre en la zona 2, pero no recibieron respuesta favorable de las autoridades de ese entonces, a pesar de cumplir con todos los requisitos legales establecidos por la Ley de Pesca. No obstante, este año, Ayelén se reunió con el diputado provincial de Chubut, César Daniel Casal, quien mostró interés por su propuesta. "Ya me llamaron de otras provincias para replicarlo, porque les gustó y estamos trabajándolo, todo a su tiempo", comentó Ayelén sobre la creciente atención que está recibiendo su iniciativa.
El proyecto de Ayelén se distingue no solo por la creación de un barco pesquero de arrastre, sino por el hecho de que la tripulación será 100% femenina. "Quiero que sea el 100% de tripulación femenina para que se termine el machismo", explica. En Rawson, es común encontrar barcos con tripulaciones mayormente masculinas, con solo una o dos mujeres trabajando como marineras. "Acá hay barcos grandes con ocho marineros y una sola mujer. En Rawson no hay más de dos o tres marineras", señala Ayelén, quien busca cambiar esa realidad.
Aunque no se ha comprometido aún con ninguna tripulante, Ayelén ha afirmado que, en caso de aprobarse el proyecto, se les dará la oportunidad de formar parte de la tripulación a mujeres con experiencia en el oficio. "Hasta que no esté aprobado el proyecto no se puede comprometer a nadie. Se les va a dar la oportunidad, pero tienen que ser del oficio", agrega. En cuanto a su participación en el barco, Ayelén no será parte de la tripulación, sino que se ocupará de la gestión y administración del proyecto, a bordo de la embarcación de su familia.
Este proyecto, que busca empoderar a las mujeres en un sector tradicionalmente dominado por hombres, ha llamado la atención a nivel nacional. Ayelén espera que, si se aprueba, su iniciativa pueda inspirar a otras mujeres a incursionar en la pesca y otros sectores del ámbito marítimo. "Este proyecto no es solo para nosotras, sino para que otras mujeres sepan que pueden hacer lo que quieran", concluye Ayelén.