jueves 01 de mayo de 2025 - Edición Nº3133

Sociedad | 18 mar 2025

EL ADIÓS A UN GRANDE

Antonio Gasalla, el humorista que marcó una época, murió a los 84 años

El país despide a Antonio Gasalla, quien con su humor agudo y personajes entrañables, supo reflejar la realidad argentina durante décadas. Su salud se vio afectada por la demencia senil, pero su legado perdurará para siempre.


El mundo del espectáculo argentino se encuentra de luto tras la partida de Antonio Gasalla, quien falleció este martes a los 84 años. La noticia fue confirmada por el productor teatral Carlos Rottemberg a través de sus redes sociales, y ha causado profundo dolor en la comunidad artística. La muerte de Gasalla, después de una prolongada enfermedad, cierra un capítulo fundamental en la historia del humor nacional.

Un deterioro silencioso

Gasalla, quien había recibido el alta médica hace unas semanas tras una internación por neumonía en el Sanatorio Otamendi, había estado atravesando un cuadro de salud delicado debido a la demencia senil, enfermedad que lo aquejaba desde hacía tiempo. A pesar de su lucha, su salud fue decayendo progresivamente, y fue acompañado hasta el final por su hermano Carlos Gasalla, quien en su momento había confirmado la gravedad de su situación: “Antonio no tiene conocimiento, no habla”, había expresado con tristeza.

Un ícono del humor argentino

A lo largo de su carrera, Gasalla dejó una huella indeleble en la televisión, el cine y el teatro, con personajes que se convirtieron en parte del ADN cultural de Argentina. Su interpretación de Mamá Cora en Esperando la carroza (1985), una abuela desquiciada, se convirtió en un emblema de la cultura popular, con frases que siguen siendo parte del vocabulario cotidiano del país. También fue la Empleada Pública, con su irónica mirada sobre la burocracia, y La Abuela, que hacía de las suyas en los programas de Susana Giménez con sus preguntas incómodas.

Gasalla tenía un don especial: su humor, afilado como un bisturí, no solo hacía reír, sino que también invitaba a reflexionar sobre las contradicciones y la hipocresía de la sociedad.

La tristeza de la despedida

Marcelo Polino, quien compartió más de 15 años de amistad con Gasalla, lo recordó con emoción: “Nos reíamos por horas de la gente de la televisión. Verlo así, que te mira y no te reconoce, es muy complicado”, expresó con dolor. La última vez que el público lo vio en un escenario fue en la entrega de los Premios Carlos en Villa Carlos Paz, donde su ausencia fue palpable. Su hermano, quien recibió un galardón honorífico en su nombre, subió al escenario con la voz entrecortada, emocionado por el reconocimiento a todo lo que Gasalla le dio al teatro argentino.

Un legado que perdura

Aunque su salud ya no le permitió seguir brillando sobre los escenarios, el legado de Antonio Gasalla sigue vivo. Su humor y sus personajes inolvidables, como Mamá Cora o La Empleada Pública, permanecerán en la memoria colectiva de los argentinos. Como bien dijo Marcelo Polino, “llega un momento en que tu brillantez, tu inteligencia, tus premios, tu talento… cuando aparece una enfermedad así, barre con todo. Es feo”. Sin embargo, el impacto de Gasalla, su mirada crítica y su risa, jamás será olvidado.

El humor argentino perdió a su mejor observador, pero el legado de Antonio Gasalla, lleno de risas, reflexiones y enseñanzas, seguirá acompañando a varias generaciones por venir.

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