

“Queridos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco”, informó el cardenal Kevin Farrell, camerlengo de la Santa Sede. Lo hizo desde la capilla de la residencia pontificia, acompañado por el secretario de Estado, Pietro Parolin, y el arzobispo Edgar Peña Parra.
Francisco había reaparecido públicamente por última vez este domingo, para dar la bendición “urbi et orbi” desde el balcón de la Basílica de San Pedro. Fue un gesto histórico y conmovedor: se lo vio visiblemente debilitado, en silla de ruedas, con el rostro inexpresivo y una voz apenas audible.
“Queridos hermanos y hermanas, ¡Feliz Pascua!”, alcanzó a decir con dificultad, antes de delegar la lectura del mensaje a monseñor Diego Ravelli.
Después, sorprendió a todos al salir en el papamóvil. Recibió aplausos y cánticos, pero ya no pudo interactuar como solía hacerlo. “Estaba ido, como en otra dimensión”, narró una cronista argentina presente en la Plaza.
"Papa Francisco":
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Según el parte oficial, en las últimas horas el Papa sufrió dos episodios graves de insuficiencia respiratoria, provocados por una acumulación de mucosidad endobronquial. Ya había sido hospitalizado en febrero con una neumonía bilateral, y desde entonces atravesaba crisis respiratorias, anemia, insuficiencia renal y una infección polimicrobiana que agravó su cuadro.
Durante su internación en el hospital Gemelli, estuvo 38 días al borde de la muerte. Aun así, decidió retomar sus funciones hasta donde el cuerpo le permitió.
A las 20 de este lunes (hora de Roma), el cardenal Farrell encabezará el rito de constatación de muerte en la Capilla de Santa Marta. El cuerpo será colocado en un ataúd simple, según su voluntad, y trasladado el miércoles 23 de abril a la Basílica de San Pedro para el velorio público.
Los homenajes comenzarán con la Curia Romana y luego se abrirán a fieles de todo el mundo. Aún no hay fecha confirmada para el funeral, aunque se estima entre el sábado y el lunes próximos. Francisco será sepultado en la basílica de Santa María la Mayor, rompiendo con la tradición de sepultura en las Grutas Vaticanas.
Francisco, nacido como Jorge Mario Bergoglio, fue elegido papa el 13 de marzo de 2013. Se convirtió en el primer pontífice latinoamericano, y marcó su liderazgo con un perfil humilde, reformista y cercano a los pobres.
“Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia”, remarcó el cardenal Farrell.
“Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados.”
Sus últimos mensajes públicos estuvieron centrados en el clamor por la paz mundial, la defensa de los migrantes y una crítica profunda a la violencia y el hambre.
“Pienso en tantos países que están en guerra. Hermanas y hermanos, oremos por la paz. Hagamos todo lo posible por la paz. […] No hemos nacido para matar, sino para hacer crecer a los pueblos”, dijo Francisco en su último mensaje de Pascua.
Con su fallecimiento comienza el período de Sede Vacante, previsto por el derecho canónico. El cardenal camerlengo asume temporalmente la administración del Vaticano, mientras se organiza el cónclave secreto donde se elegirá a un nuevo papa.
El ritual incluye la destrucción del Anillo del Pescador, sello pontificio que queda inutilizado para evitar falsificaciones. El cronograma oficial del funeral será anunciado tras la primera Congregación de Cardenales.
“Con inmensa gratitud por su ejemplo de verdadero discípulo del Señor Jesús, encomendamos el alma del papa Francisco al infinito amor misericordioso del Dios Uno y Trino”, expresó Kevin Farrell.
La imagen final del papa Francisco quedará en la memoria colectiva: un hombre frágil, en silla de ruedas, que aun sin fuerzas eligió despedirse de su pueblo con una sonrisa débil y la bendición en los labios.
En palabras del propio Francisco, repetidas tantas veces:
“Recen por mí”.