El lunes 21 de abril de 2025, el mundo amaneció con la conmocionante noticia del fallecimiento de Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco. La hora del deceso fue a las 2:35 de la madrugada (hora Argentina), y su edad, 88 años. Minutos después, en redes sociales, un dato sorprendió a todos: el número de su carnet de socio del club San Lorenzo, del que era hincha desde joven, era 88235. Es decir, 88 y 2:35.

El Papa murió con 88 años, a las 2.35 (hora argentina)

¿Número de socio de Bergoglio? 88235

Tocará creer en las fuerzas del cielo nomás https://t.co/NBGn1CdEUi

— Juan Luis González (@juanelegonzalez) April 21, 2025

 

La imagen del carnet volvió a viralizarse en cuestión de horas, acompañada de capturas de la quiniela matutina del mismo lunes, donde el número 88 apareció como ganador en varias provincias.

El 88: el número del Papa en la quiniela argentina

En la tabla de los sueños de la quiniela argentina, cada número tiene un significado simbólico. El 88, precisamente, representa a "el Papa". A lo largo de los años, este número siempre fue asociado con Francisco por creyentes, apostadores y místicos.

Esa misma mañana, el 88 salió a la cabeza en el sorteo “Primera” de la quiniela de Córdoba (número 7688) y también se repitió en Santa Cruz (0588).

¿Un guiño final del Papa a los fieles?

Para quienes creen en las señales, los patrones y las coincidencias con peso simbólico, la muerte de Francisco estuvo envuelta en un halo casi profético.

Incluso la fecha de su fallecimiento, 21/04/2025, suma 16 (2+1+0+4+2+0+2+5), que es dos veces ocho, o sea 88 nuevamente.

La coincidencia fue tan llamativa que se reflejó en jugadas masivas en todo el país. En muchas provincias se registró un pico de apuestas al 88 ese mismo día.

“No es la primera vez que el 88 acompaña momentos clave de Francisco. Pareciera que lo siguió toda su vida”, publicó un medio especializado en numerología.

Todos yendo a jugar después de enterarse que el Papa murió a los 88 y que el 88 es el papa en la Quiniela pic.twitter.com/WGUBHJu6PD

— Bambi-Gran Hermano (@GranHermano_F) April 21, 2025

 

Bergoglio y su amor por San Lorenzo

Francisco era fanático de San Lorenzo desde 1946, cuando el club ganó el campeonato con un equipo histórico. Según contó en entrevistas, seguía con devoción a figuras como René Pontoni y Rinaldo Martino. En 2008, siendo Arzobispo de Buenos Aires, se hizo socio del club. El número que le tocó: 88235.

Con el paso del tiempo, el carnet se volvió un símbolo más de su vínculo con la cultura popular argentina. Y ahora, tras su muerte, tomó una dimensión mística.

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Todas las coincidencias numéricas del Papa Francisco

Los números siempre parecieron orbitar la figura de Francisco. Acá, un repaso de las más impactantes coincidencias numerológicas en torno a su vida y su fallecimiento:

• 📅 Nacimiento: 17/12/1936 → Números clave: 17, 12, 36

• 🪪 Carnet de San Lorenzo: 88235 → 88 años, 2:35 h

• 📅 Elección como Papa: 13/03/2013 → 13, 3, 13

• ⌛ Fallecimiento: 21/04/2025 a las 2:35 → 21, 4, 25, 2, 35

• 🎂 Edad al morir: 88

• 📆 Años de pontificado: 12 años y 1 mes

• 🔢 En la quiniela: 88 = “El Papa”

• 🎯 Jugada histórica: El 13/03/2013 (día de su elección), salió el 8235 en la quiniela nacional matutina, un número casi idéntico al de su carnet

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Cultura popular, superstición y fe: la mezcla bien argentina

En la Argentina, la quiniela no es solo un juego de azar: es un lenguaje. Es costumbre interpretar los sueños, los hechos de la vida y los sucesos públicos a través de los números. Y si hay algo que une a todas las generaciones, desde los abuelos hasta los tiktokers, es jugarle a “la fecha”, “la edad” o “el número que soñó la nona”.

Por eso, la muerte del primer Papa argentino no solo movilizó desde la fe, sino también desde lo simbólico.

“Es el último guiño del Papa a su gente. Jugale al 88 que no falla”, fue otro de los tantos mensajes que circularon.

¿Coincidencia o mística?

Francisco no solo fue un líder espiritual. También fue parte de la identidad argentina. Y, en esa mezcla tan nuestra de fútbol, fe, superstición y quiniela, su adiós parece haber estado cuidadosamente marcado por los números.

Puede ser simple azar. Puede ser una alineación cósmica. O puede ser, como diría cualquier abuela argentina: “Creer o reventar”.