

Los trabajos incluyeron la reparación del edificio donde funcionan las oficinas administrativas y del personal, el recambio de nylon de un invernadero, y la construcción de un nuevo sombráculo, estructura fundamental para proteger cultivos de sol directo y exceso de lluvias.
Además, se reparó el sistema de riego y se instaló un nuevo tanque de agua de 4.500 litros, que actúa como reservorio vinculado al molino, garantizando el abastecimiento hídrico del predio.
En un enfoque que conjuga funcionalidad con estética, profesores del Espacio Cultural también intervinieron el predio con intervenciones artísticas que buscan embellecer el entorno y prepararlo para recibir visitas educativas y comunitarias.
“El Vivero representa un pilar fundamental de nuestra gestión ambiental”, expresaron desde el Municipio, señalando que desde allí no solo se abastece al arbolado urbano, sino que también se promueven prácticas sustentables como la huerta y se fomenta la conciencia ecológica desde edades tempranas.
Estas mejoras consolidan al Vivero Municipal como un espacio activo en la construcción de una ciudad más verde, consciente y resiliente.