

Contrario a la narrativa oficial, la droga fue descubierta por el capitán del buque Ceci, quien, al notar un polvo sospechoso en una de las cámaras frigoríficas, alertó a la empresa armadora. Esta, a su vez, contactó a un abogado vinculado a la Unidad de Información Financiera (UIF), quien notificó al fiscal Claudio Kishimoto. Fue gracias a esta cadena de acciones externas a las fuerzas de seguridad que se logró descubrir el cargamento ilícito.
A pesar de que la Prefectura Naval Argentina participó en el operativo, su intervención fue posterior al hallazgo realizado por el capitán. La ministra Bullrich, por su parte, se trasladó al lugar para celebrar públicamente el éxito del operativo, subiendo a una lancha para posar para las cámaras. Sin embargo, su presencia fue cuestionada por las autoridades judiciales, quienes le advirtieron sobre la posible alteración de la escena del crimen.
La actitud de Bullrich ha sido interpretada por algunos como un intento de capitalizar políticamente un operativo en el que su ministerio tuvo una participación secundaria. El periodista Raúl Kollmann señaló que la ministra "hizo su show habitual", al adjudicarse méritos que no le correspondían directamente. Además, se cuestiona la falta de explicación sobre cómo ingresó la droga al país, considerando que las fuerzas de seguridad bajo su mando deberían haber detectado el cargamento en las fronteras.