

En diálogo exclusivo con NdeN, López no eludió la complejidad del desafío, pero dejó en claro la solidez técnica y la autonomía del Consorcio. Si bien un estudio jurídico de Capital Federal ejerce un rol de supervisión, la esencia de la labor recae en el equipo de ingeniería propio del puerto. “El estudio jurídico de Capital Federal lo que hace simplemente es supervisar parte del trabajo que hacemos los equipos técnicos y de ingeniería son nuestros, pensá que hay una memoria de licitación, hay una hecha del año 90’ y dos pliegos más que no han avanzado”, explicó la funcionaria, subrayando la capacidad local para encarar un proceso de esta envergadura frente a intentos anteriores que no lograron concretarse. La historia del elevador, desde su génesis como Junta Nacional de Granos en 1945, se reescribe ahora con un marcado pulso regional.
El camino hacia la nueva concesión implica una serie de delicadas negociaciones y la búsqueda de acuerdos en el seno del Directorio, un espacio donde convergen intereses diversos: la provincia, los exportadores privados, el sector sindical y el municipio. “Se está trabajando en los lineamientos que se llevan al Directorio para poner en discusión. Cada uno de los directores tiene un mandato de sus cámaras, o de su sindicato, o del municipio y eso se pone a consideración”, señaló López. La presidenta insistió en la necesidad imperiosa de forjar consensos sólidos para asegurar un avance fluido y el cumplimiento de los plazos establecidos. “La idea es que generemos los mayores consensos entre la provincia, el sector privado y el sector sindical para poder avanzar y cumplir con los plazos”, afirmó, delineando la hoja de ruta política que busca legitimidad y estabilidad para el futuro concesionario.
El nervio de esta trascendental licitación es la Terminal Quequén, una infraestructura que representa el corazón de la logística agroexportadora de Puerto Quequén y un negocio millonario por su volumen de operaciones. Con casi 500 metros de muelle exclusivo (distribuidos en los Sitios 4/5 y Sitio 6) y calados de hasta 12.8 metros, TQ permite la operación simultánea de buques de gran porte, como Panamax y Handymax. Su capacidad de embarque, que alcanza las 3.000 toneladas por hora, es crucial para optimizar los tiempos de estadía y la rotación de embarcaciones.
La relevancia económica de TQ se refleja contundentemente en sus cifras. Entre 2018 y 2025, la terminal despachó cerca de 17 millones de toneladas, lo que representa un promedio sostenido del 33.75% del volumen total de mercadería movilizada por Puerto Quequén en ese mismo período, que superó las 49.9 millones de toneladas. Incluso en campañas de menor caudal, TQ ha mantenido una participación superior al 28%, consolidándose como el principal operador privado del complejo. Al 5 de mayo de 2025, la terminal ya superó las 850.000 toneladas despachadas, confirmando su rol vital y estratégico.
La fecha clave para esta definición es inamovible. “Este año en noviembre tenemos que saber quién tiene la concesión si sigue TQ, si sigue otra sociedad, si dentro de TQ se modificaron los socios, si viene un jugador nuevo, es una licitación abierta”, sentenció Jimena López, anticipando un escenario competitivo y expectante. La resolución de esta licitación millonaria no solo determinará al próximo actor dominante en la operación de granos, sino que reconfigurará el escenario económico y el equilibrio de poder en Puerto Quequén, con un impacto directo en la economía de Necochea y toda la región productiva. La cuenta regresiva ya comenzó, y el futuro portuario de Quequén se juega en los próximos meses.
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