

Los relevamientos de Camuzzi indican que el 94% de los incidentes se vincularon a fallas en los conductos de evacuación de gases de los artefactos, ya sea por obstrucciones, roturas o instalaciones fuera de norma. Además, en 8 de cada 10 casos se identificó una ventilación deficiente o directamente inexistente, situación que incrementa significativamente el riesgo.
"El monóxido es una amenaza silenciosa que puede afectar a cualquier hogar/ instalación. La prevención es sencilla, pero clave para salvar vidas. Por eso, insistimos en la importancia de contar con instalaciones seguras, ventilación permanente y revisiones periódicas realizadas por profesionales matriculados", señaló Juan Spini, Gerente de Seguridad e Higiene de Camuzzi.
Los equipos que más frecuentemente estuvieron involucados en los episodios de intoxicación fueron los calefactores (53%), los calentadores de agua (33%) y las cocinas (12%).
Camuzzi destacó una clave visual para detectar una combustión inadecuada: el color de la llama. "Una llama amarilla señala una combustión deficiente por falta de oxígeno", mientras que "la llama azul indica una combustión adecuada, con la cantidad de oxígeno correcta para garantizar un funcionamiento seguro". La llama siempre debe ser azul; una tonalidad amarilla o anaranjada es un indicador de alarma.
Para evitar accidentes y proteger a la comunidad, Camuzzi recuerda estas cinco pautas esenciales:
El monóxido de carbono es un "enemigo invisible" porque carece de olor, color y sabor. Sus síntomas iniciales, como dolor de cabeza, mareos, náuseas, debilidad o somnolencia, pueden confundirse con los de una gripe o malestar general. Sin embargo, en casos graves, la intoxicación puede derivar en pérdida de conocimiento, convulsiones y la muerte.
Ante la mínima sospecha de intoxicación, es crucial actuar de inmediato:
La prevención y la rápida acción son fundamentales para evitar tragedias relacionadas con el monóxido de carbono en nuestros hogares.