

La Municipalidad de Necochea anunció la actualización de las tasas correspondientes a las cuotas 7, 8 y 9 para el tercer trimestre de 2025. La medida, que se ajusta a lo dispuesto por la Ordenanza Fiscal e Impositiva N°11.687/24, busca asegurar la continuidad de los servicios básicos y el funcionamiento del municipio.
La Agencia de Recaudación Municipal indicó que los vencimientos se darán en julio, agosto y septiembre, con la posibilidad de bonificaciones de hasta un 30% para aquellos que paguen a tiempo. Sin embargo, mientras el municipio actualiza las tasas y ofrece incentivos fiscales, los ciudadanos no encuentran razones claras para adherir. La morosidad es un claro reflejo de un desencanto que se profundiza, sobre todo en un contexto donde muchos sienten que los recursos no se destinan a mejorar la infraestructura básica de la ciudad.
A través de la extensión del Régimen de Recuperación de Deudas hasta el 31 de julio, el municipio intenta ofrecer a los vecinos una vía de alivio para regularizar las deudas vencidas hasta diciembre de 2024. A pesar de las atractivas bonificaciones (hasta un 80% en intereses y recargos), la realidad es que pocos parecen dispuestos a sumarse a la moratoria. La promesa de un "alivio fiscal" no convence, porque la percepción generalizada es que el dinero recaudado no se está destinando a resolver los problemas reales de Necochea.
El aumento de las tasas y las facilidades de pago parecen más una respuesta reactiva que una solución efectiva. En una ciudad donde más del 60% de los votantes eligieron a Javier Milei en las últimas elecciones nacionales, y casi la mitad (49,31%) se decantaron por la continuidad del intendente Arturo Rojas, el municipio debe comprender que, si no se perciben resultados tangibles en la vida diaria de los vecinos, las tasas y moratorias por sí solas no son suficientes para restaurar la confianza.
El problema es claro: los necocheenses ya no sienten que sus tasas se traduzcan en mejoras palpables. Los proyectos de la administración parecen distantes de las verdaderas necesidades de la comunidad, mientras que la atención se concentra anuncios que pasan al olvido y elocuentes comunicados de prensa. La gente sigue esperando soluciones inmediatas en cuestiones tan básicas como la seguridad, la limpieza, la calidad del transporte público o la infraestructura vial, áreas que aún están lejos de una mejora sustancial. Ni que hablar de promesas en torno al Casino, el frente costero, un plan ambiental, y las obras necesarias para que el sector industrial y productivo se ponga en marcha.
Las tasas municipales y la moratoria solo funcionan como parches si no se acompasan con un plan de acción que resuelva de fondo los problemas estructurales que enfrenta el distrito. El vecino de Necochea, al final del día, necesita sentirse respaldado, no solo como contribuyente, sino como parte de una comunidad que crece, se desarrolla y se cuida.
La gestión del intendente Rojas y la administración local tienen por delante una tarea titánica: mejorar la percepción que los vecinos tienen sobre cómo se gestionan los recursos de la ciudad. Si durante lo que queda de esta gestión, el municipio no logra transformar los pagos de tasas en una verdadera mejora en los servicios y la infraestructura, el malestar continuará profundizándose.
Si bien el 60% de los necochenses votaron a Milei, quien recortó los fondos destinados a obras y desarrollo para municipios, es innegable que la demanda de los vecinos por mejoras locales sigue siendo urgente. El recorte de fondos ha colocado a la gestión de Rojas ante un desafío presupuestario más complejo, pero la necesidad de obras tangibles, mejores servicios y un verdadero cambio en la calidad de vida del distrito sigue siendo una prioridad para quienes habitan Necochea.
La clave será la capacidad de demostrar, con hechos y no con palabras, que las tasas se están destinando a lo que verdaderamente importa para el ciudadano de a pie. De lo contrario, seguirán viendo las tasas como una carga innecesaria, como un castigo a su ya cansada paciencia.