El clásico entre Estación y Ministerio, jugado el pasado lunes en el estadio Carlos Cuomo del “Verde”, no solo dejó un empate 1-1 en el marcador, sino también una secuela de tensiones, golpes y agresiones que desvirtuaron el evento deportivo. El enfrentamiento, que fue empañado por incidentes violentos tanto dentro como fuera del campo, desnudó las falencias en el operativo de seguridad, y ahora continúa generando revuelo entre los clubes y la comunidad.

El desbordante caos post-clásico
Tras el empate en el marcador, la situación se descontroló rápidamente. La hinchada de Ministerio, desbordando el sector que se le había asignado, rompió un portón e ingresó al campo de juego, lo que derivó en momentos de caos y desorden. Aunque había ocho efectivos del GAD (Grupo de Apoyo Departamental) en el operativo de seguridad, la falta de reacción de la policía permitió que se generara un descontrol total: empujones, corridas, insultos, y hasta el lanzamiento de un fierro.

Además, se sumaron denuncias de uso de pirotecnia sin control desde la hinchada de Ministerio, lo que generó aún más riesgo en la ya convulsionada situación.

Comunicados oficiales y sanciones
A raíz de los hechos ocurridos, tanto el club Estación Quequén como el club Ministerio emitieron comunicados oficiales en los que expresaron su postura, pidieron disculpas y reafirmaron su postura sobre lo sucedido. A su vez, Aprevide impuso una sanción a Ministerio, ordenando que dispute cuatro partidos sin público en Primera División.

Por su parte, el Tribunal de Disciplina de la Liga Necochea de Fútbol sancionó a varios jugadores y técnicos involucrados. A continuación, el listado de sanciones:

• Valenzuela Gustavo (Estación Quequén): 4 partidos de suspensión (Art. 185) – Reserva

• Barrera Mauricio (Estación Quequén): 1 partido de suspensión (Art. 207) – Primera

• Gaspar Arias (Estación Quequén): Suspensión provisoria – Primera

• Juan Trippe (DT de Ministerio): Suspensión provisoria – Reserva

Más allá del fútbol: el llamado a la paz y la reflexión
Mientras las acusaciones cruzadas siguen, la comunidad futbolística de Necochea debe reflexionar sobre la importancia de la convivencia pacífica dentro y fuera de la cancha. La violencia y el fanatismo no deben tener cabida en el fútbol, y la prevención, la formación y el respeto al rival deben ser los pilares de un juego limpio.