

Por: Lucila Merzario
En la foto, un amigo de Germán, su mamá Patricia, su papá Juan Ángel, su hermana Melisa y su otra hermana Brenda el pasado 9 de julio de 2024
“Como vos decís, nos cambió la vida para siempre. Ante un dolor tan desgarrador como es la muerte de un hijo no se vuelve a vivir, se sobrevive”, expresó Patricia. “Germán siempre fue un hijo muy presente. Todos los días pasaba por casa, compartíamos todo. ¡Un ser especial! Un excelente hijo, hermano, tío, amigo, preceptor… y no lo digo yo, sino todo el que lo conoció. Dejó huella en cada uno de nosotros”.
Aunque la causa fue elevada a juicio y está caratulada como homicidio culposo agravado por el consumo de alcohol, el acusado sigue en su casa con prisión domiciliaria, algo que la familia no puede comprender. “El asesino, porque eso es —ya que no fue un accidente— sigue en su casa. La verdad es que sentimos una impotencia terrible. Mientras él disfruta de su vida en su casa, nosotros no tenemos más a nuestro hijo. No vamos a pasar nunca más un cumpleaños, una fiesta, compartir las cosas sencillas de la vida. No solo asesinó a Germán: asesinó a toda una familia”, manifestó.
Durante este año, Patricia encontró apoyo en el amor de su círculo cercano, pero no en la Justicia. “Fue el peor año de nuestras vidas. La verdad es que el único apoyo que sentimos fue por parte de la comunidad, compañeros de trabajo de nuestro hijo, alumnos, amigos y familia”, explicó. “De la justicia, ¿qué decir? Creo que no existe, que es lenta. No me alcanzarían las palabras para expresar lo que realmente sentimos. Te asesinan a un hijo que iba caminando, lo mata una persona que manejaba un auto totalmente borracho, que seguramente ya lo había hecho otras veces, creyéndose impune. Un IRRESPONSABLE”.
Germán junto a Patricia, Juan Ángel, Melisa, Brenda y su sobrina Delfina
La madrugada en que mataron a Germán, según denunció Patricia, ya había habido advertencias: “La noche del 20 de junio hubo tres llamadas a Tránsito de una vecina porque estaban como locos por la Avenida 42, y nadie fue capaz de ir a controlar. Hacen fiestas y no hay control, mucho menos controles de alcoholemia. Pareciera que solo lo hacen para la foto, pero cuando tienen que estar, no lo hacen. Tenemos que cambiar como sociedad y ser un poco más empáticos con el otro”.
El responsable de su muerte, Marcos Aprea, quien permanece bajo prisión domiciliaria frente al mar. Ya había tenido antecedentes de conducir bajo los efectos del alcohol.
A esa herida abierta se le sumó otra: la familia se enteró por el Ecos Diarios que la fecha del juicio fue fijada recién para agosto de 2026. “Fue muy fuerte enterarme por un medio de comunicación. Es algo que no puedo explicar, otro golpe más. Estamos destruidos. ¿Cuánto tiempo más tenemos que esperar para que mínimamente se haga justicia? Me pregunto: ¿existe la justicia? Yo creo que no. Siempre decía ‘ojalá que este caso siente un precedente’, pero lamentablemente no es así”.
El pedido de Patricia es claro: “A los jueces solo les pedimos que hagan su trabajo, que se pongan en nuestro lugar. Podría haber sido su hijo o su hermano. Sabemos que los tiempos son lentos, pero lo único que pedimos es que cumpla su condena en Batán y no en su casa, donde recibe las visitas de sus amigos y familiares. Él sigue con su vida como si nada”.
Antes de terminar la entrevista con la periodista de NdeN, Lucila Merzario, Patricia quiso dejar un agradecimiento especial. En medio del dolor, destacó el acompañamiento de su entorno cercano y mencionó que, durante este año difícil, “el único medio que siempre estuvo para nosotros y nos apoyó” fue quien hoy le da voz a su historia.
Cabe decir que el juez Ernesto Juliano, a cargo del Juzgado Correccional, rechazó los planteos de la defensa de Marcos Aprea, que buscaban anular pericias y actos de la investigación por supuestas violaciones a garantías constitucionales. Además, confirmó la fecha del juicio oral para el 11 de agosto de 2026 y admitió toda la prueba presentada por la Fiscalía y la querella que representa a la familia de Germán.