

En una dosis de realidad hizo uso de la Banca Abierta, el trabajador Ángel Visiglia advirtió que el decreto 340 impacta directamente en el salario y las condiciones laborales de los trabajadores portuarios
La agenda local fue nuevamente desplazada por debates de tinte político nacional, mientras las problemáticas urgentes de los vecinos siguen sin respuestas concretas..
Entre los temas postergados figuran cuestiones claves para el distrito que evidentemente muchos de los que ocupan una banca prefieren invisibilizar: la planta de tratamiento de residuos, cuyo retraso acumula ya alrededor de dos años; la crisis en la calidad del agua que consumen los vecinos; la grave situación en el sistema de salud; la falta de planificación turística; el aumento del consumo problemático de drogas y la preocupante tasa de suicidios; la inseguridad creciente; y la ausencia de fuentes laborales genuinas. Ni que hablar de algo básico como la transitabilidad dentro del distrito con cientos de calles de barro a la espera de una real solución.
Mientras localidades pequeñas a nuestro alrededor crecen, progresan, se desarrollan, y legislan para su comunidad, en Necochea, la rosca, la vidriera de las concesionarias, el polvo blanco y el lavado de verdes se empachan sin control.
QUINTA SESIÓN DEL AÑO
La mayoría de los expedientes presentados en la sesión fueron proyectos de resolución, minutas de comunicación y declaraciones de interés, mientras que no hubo ni un solo proyecto ni ordenanza que pretendiera cambiar de raíz alguna de las realidades más críticas que atraviesa Necochea. La pregunta queda flotando: ¿qué legislan, qué controlan y a quiénes representan realmente?
Entre lo tratado, el tema que acaparó mayor debate fue el proyecto del interbloque de Unión por la Patria para repudiar la condena judicial a Cristina Fernández de Kirchner. La iniciativa generó un fuerte cruce entre bloques, con posiciones polarizadas que evidenciaron que la disputa política nacional sigue primando sobre las urgencias locales. El proyecto fue rechazado por mayoría, con sólo el interbloque de Unión por la Patria votando a favor.
También se abordó la amenaza del posible cierre de las oficinas del Instituto Nacional Tecnológica Agrícola (INTA) en Necochea, un tema de consenso general, salvo por la postura de La Libertad Avanza, que cuestionó la eficiencia del organismo.
Otros puntos aprobados incluyeron proyectos vinculados al mantenimiento de escuelas, la seguridad vial y la iluminación urbana, aunque con críticas abiertas sobre la insuficiencia de los recursos provinciales al verse acotados por un gobierno nacional que paralizó el envío de fondos, desestimó la obra pública y permanece en guerra con el propio gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
Sin desconocer que hay concejales y concejalas que demuestran humildad y trabajo, lo cierto es que el funcionamiento general del Concejo sigue dejando en evidencia una desconexión con las prioridades reales de la comunidad. En tiempos de crisis, la representación debería reflejarse en acciones concretas, no solo en discursos.
En definitiva, la sesión dejó al descubierto una legislatura más preocupada por las disputas políticas y los discursos nacionales que por atender y resolver las necesidades reales de la comunidad. Mientras los vecinos y vecinas esperan respuestas concretas sobre problemas que impactan su vida cotidiana, sus representantes parecen centrados en debates ajenos a Necochea. Peor aún, algunos legisladores ni siquiera levantan la voz, no presentan iniciativas y solo aparecen el día de la sesión. Un salario generoso por trabajar apenas una vez al mes. ¿A quiénes controlan, qué legislan y a quiénes representan realmente?