Durante la madrugada del sábado 5 de julio, en el marco de una fiesta de despedida organizada por los alumnos del colegio Capuchinos, una joven de 16 años fue víctima de un abuso de sustancias en el boliche My Life de Necochea. La adolescente fue drogada, lo que le provocó un cuadro grave de intoxicación que la dejó inconsciente y la llevó a ser internada en el Hospital Municipal.

El caso se viralizó rápidamente en redes sociales, donde se compartió un mensaje de los compañeros de la joven que advertían sobre los peligros de este tipo de situaciones:

"Queremos pedirles que tomen conciencia, que esto no pase desapercibido, que no es una pavada, es algo grave. A las adolescentes las drogan para abusar de ellas o grabar videos... Por suerte nuestra compañera está mejorando, pero queremos alertar para que tengan cuidado y no dejen sus vasos sin vigilar."

Los tutores de la joven han presentado una denuncia legal contra el boliche My Life, responsabilizándolo por lo sucedido. Este caso resalta la creciente preocupación por la seguridad de los menores en eventos nocturnos y la falta de controles en boliches de la Villa Balnearia.

Un relato que expone una alarmante falta de seguridad

Según la denuncia presentada en la Fiscalía N°1 de Necochea, la joven comenzó la noche ingiriendo un trago de vodka fuera del boliche, antes de ingresar al local. Allí, la joven recibió otro trago en la barra, momento en el que comenzó a sentirse mal, lo que la llevó a retirarse del boliche y dirigirse a otro lugar, Brickell’s, donde pudo avisar a su pareja sobre su estado.

La madre de la joven relata que, al encontrarla en el baño del boliche, la halló desmayada, sin conciencia y sin ningún tipo de reacción. Tras intentar trasladarla a su casa, la adolescente comenzó a vomitar y a gritar de dolor. La situación empeoró rápidamente, y finalmente la llevaron al hospital, donde fue internada de urgencia.

"La encontré en el piso del baño, desmayada, sin ningún tipo de reacción. Fue un momento muy angustiante", expresó la madre de la joven.

El testimonio del hospital: "Es lo de siempre"

En el hospital, el personal de seguridad expresó una preocupación alarmante cuando la madre de la joven relató lo sucedido:

"No me digas más nada", respondió uno de los empleados al enterarse del incidente.

Además, según un agente de seguridad del hospital, este tipo de situaciones no son aisladas.

"Esto pasa regularmente, menores de edad que vienen drogados desde My Life," afirmó el agente, lo que resalta la gravedad de la situación.

Este comentario, junto con la declaración de la médica que atendió a la joven, quien dijo: "Es lo de siempre" al referirse a los casos similares de adolescentes que llegan al hospital con intoxicaciones, pone de manifiesto una problemática recurrente en la ciudad.

Preocupación por la falta de control en boliches

El caso resalta la preocupación sobre el acceso de menores a establecimientos nocturnos como My Life, donde, según denuncian los tutores, se les permite el consumo de alcohol y otras sustancias. A pesar de que está prohibido por ley vender alcohol a menores de edad, el relato de la madre de la joven y las afirmaciones de los agentes de seguridad del hospital sugieren que la normativa no se está cumpliendo de manera efectiva.

En el mensaje que se viralizó en redes sociales, los compañeros de la joven enfatizan la necesidad de tomar conciencia sobre los riesgos a los que se enfrentan los adolescentes en estos espacios, alertando sobre el peligro de dejar los vasos sin vigilancia y la posibilidad de ser drogados.

El llamado a la acción: más control en los espacios nocturnos

El hecho ha puesto en evidencia la necesidad urgente de tomar medidas para proteger la seguridad de los menores en los boliches y bares nocturnos de Necochea. Las autoridades deben intensificar los controles en estos lugares, y los padres deben estar más alertas a los riesgos que pueden enfrentar sus hijos en eventos de este tipo.

La denuncia presentada ante la Fiscalía será clave para esclarecer los hechos y responsabilizar a los involucrados. Este caso también invita a una reflexión más amplia sobre la seguridad de los adolescentes en el ámbito nocturno y la necesidad de reforzar las normativas para evitar que situaciones como esta se repitan.