

La sala local –que actualmente solo funciona con paño y sin máquinas– fue una de las tres que no recibió propuestas, junto con Sierra de la Ventana y Mar de Ajó. Las únicas que sí atrajeron interesados fueron las de Tandil, Miramar y dos ubicadas en Mar del Plata (Hermitage y Hotel Sasso), donde compiten empresas como Boldt, Casino Victoria y una UTE impulsada por el gremio gastronómico.
Se trataba de una concesión por 20 años para operar tragamonedas y realizar inversiones en infraestructura. Pero las salas que demandaban mayores obras, como la de Necochea, fueron directamente descartadas por los privados.
Mientras tanto, unos 60 trabajadores siguen luchando para que el casino no cierre definitivamente. Con el futuro lleno de dudas, hoy se abrazan a la posibilidad de reubicar la sala de juegos en otro edificio dentro de la ciudad, como plan B. Esa propuesta depende de una nueva ordenanza que deberá tratar el Concejo Deliberante y de la nueva licitación de la Provincia.
En los últimos meses, funcionarios municipales habían generado expectativas. Uno de ellos llegó a decir: “Si se destraba lo del casino, Necochea no tiene techo”. Sin embargo, ninguna de las empresas interesadas llegó a presentar ofertas para la ciudad. Casino Victoria, mencionada como posible oferente, finalmente solo se presentó para el Hermitage de Mar del Plata.
Ahora, la Lotería de la Provincia deberá relanzar una nueva licitación, posiblemente con nuevas condiciones que tornen viable el proyecto para inversores e inclusive con la reubicación.
Mientras la sala de juegos depende de la Provincia, el edificio del Complejo Casino de Necochea –propiedad del municipio– sigue en estado de abandono. Un ejemplo es el teatro auditorium que fue incendiado en 2020, y si bien desde el Ejecutivo se aseguró que se cobró el seguro, las cenizas ya se hicieron polvo. No hay avances ni proyectos concretos.
El contraste es evidente: en San Cayetano, un incendio destruyó por completo el teatro municipal. Aunque se criticó la falta de cobertura, el gobierno de Miguel Gargaglione y la Provincia encaran este año su reconstrucción total, con una obra más moderna y un presupuesto que supera los 1.000 millones de pesos.
A lo largo de los años, se anunciaron múltiples alternativas para el futuro del complejo casino: venta directa del inmueble, demolición total, recuperación patrimonial, concesiones por décadas, loteos parciales e incluso canjes por deuda. Sin embargo, ninguna de esas propuestas avanzó más allá de los titulares o las declaraciones políticas.
Hoy, el edificio continúa deteriorándose convertido en un símbolo de abandono y desidia.
El tiempo pasa, las ideas se diluyen y el deterioro avanza. Entre licitaciones vacías y falta de decisión política, la ciudad vuelve a perder.