

“Basta de salarios de hambre. Ayer la UATRE se plantó en las rutas y en las calles en distintos puntos del país. Nos movilizamos porque no vamos a aceptar más paritarias de miseria ni salarios que condenen a la pobreza al trabajador rural”, expresó la secretaria de Organización del gremio, Natalia Sánchez Jáuregui, una de las voces más firmes del reclamo.
El reclamo sindical no se limitó a una protesta aislada. Fue una acción coordinada y federal que, según explicó la dirigenta, surge como respuesta al deterioro acelerado del poder adquisitivo de los trabajadores rurales y la falta de respuestas institucionales. “Exigimos un salario que cubra la canasta básica, que reconozca el esfuerzo del trabajador rural y que respete la dignidad de nuestras familias. No podemos permitir que se institucionalice la pobreza. El salario rural no puede seguir siendo una condena, tiene que ser una herramienta de justicia social.”
La brecha entre lo que produce el trabajador del campo y lo que percibe en su salario fue otro de los ejes de la protesta. “Con una responsabilidad millonaria en sus manos, los trabajadores rurales reciben salarios que apenas alcanzan para cubrir sus necesidades básicas. Mientras que un novillo se cotiza en $3.000 el kilo, su sueldo mensual no supera los 900 mil pesos y es urgente equiparar su valor con una justa retribución”, señaló Sánchez Jáuregui, remarcando la asimetría entre los ingresos del sector productivo y la retribución de su fuerza laboral.
El reclamo no solo apuntó contra las entidades patronales. La dirigente sindical también dirigió duras críticas hacia el rol del Estado, especialmente en el ámbito provincial. “Son los trabajadores quienes hacen lo imposible para que el campo no se detenga, para que produzca todos los días y cuando se lo abandona, muere lentamente junto a sus trabajadores, víctimas de políticas de Estado que dan la espalda”, manifestó.
En ese sentido, pidió mayor involucramiento de las jurisdicciones locales. “Es fundamental que los gobiernos provinciales, que tanto apoyo brindan al sector productivo a través de programas y cooperativas, también extiendan su ayuda a los trabajadores rurales. En muchos casos, los ministerios de trabajo provinciales se han desentendido, dejando a las y los trabajadores del sector rural en total desprotección. Es hora de que los gobiernos provinciales asuman su responsabilidad y garanticen la protección de los derechos laborales”.
Además, alertó sobre el debilitamiento de los organismos de fiscalización laboral: “El desmantelamiento de los Ministerios de Trabajo a nivel provincial. La falta de audiencias e inspecciones deja a los trabajadores en una situación de vulnerabilidad”. Y agregó: “Es urgente fortalecer estos organismos para garantizar el cumplimiento de los derechos laborales”.
Frente al estancamiento de las negociaciones en la CNTA, desde UATRE denunciaron que las ofertas salariales del sector empresario constituyen una provocación. “Desde el gremio exigimos un salario digno. No estamos mendigando, estamos defendiendo los derechos de las y los trabajadores rurales que son los que sostienen la producción del país”, indicó Sánchez Jáuregui.
Y fue categórica al afirmar: “La dignidad no se negocia. Vamos a defender cada derecho y cada conquista con todas las herramientas gremiales y legales que hagan falta. No vamos a ser cómplices del ajuste sobre el salario de las y los trabajadores del campo ni de la consolidación de un modelo que excluye a quienes lo sostienen con su trabajo diario”.
Finalmente, la dirigente concluyó: “Exigimos una paritaria justa, seria y urgente. Lo que está en juego no es solo un porcentaje de aumento: está en juego la vida digna de miles de familias rurales que ya no pueden esperar.”