

Cabe decir que la aprobación fue por unanimidad tanto Nueva Necochea, LLA, UCR, Unión por la Patria, ACT y Compromiso Vecinal respaldaron la venta en silencio, sin debate ni visibilidad.
El expediente, que fue aprobado en una sesión ordinaria el 18 de diciembre de 2024, nunca fue debidamente discutido ni expuesto a la ciudadanía. Los concejales, aunque accedieron al expediente, no tuvieron un análisis profundo del proyecto ni de sus posibles consecuencias para la comunidad. El proceso fue cuestionado principalmente por la falta de debate abierto y la manera en que el expediente fue sometido a votación. La Secretaría del Concejo, bajo la presidencia de Guillermo Sánchez, lo presentó "en general" en lugar de "en particular", una maniobra que dificultó la comprensión de los detalles del proyecto a la comunidad. Así, se aprobó sin que se tuviera conocimiento de los elementos más críticos del proyecto, como los estudios de impacto ambiental o las características de la futura maltería.
Este tipo de operaciones, que involucran espacios públicos y afectan directamente el uso del suelo de una ciudad, un distrito, requieren de un análisis más exhaustivo y de una consulta pública, tal como estipulan los principios de transparencia y participación ciudadana.
La organización local "El Parque no se Vende" ha sido quien salió a denunciar la falta de debate y la opacidad en torno a la venta de las calles. Los vecinos de Quequén, preocupados por las implicancias sociales, ambientales y económicas de este proyecto industrial, han señalado que el proceso se realizó sin que el proyecto fuera debidamente visibilizado ante la ciudadanía. El principal reclamo es la falta de un debate abierto, ya que se trató de un proceso cerrado y apresurado, sin la posibilidad de participación activa por parte de los residentes que podrían verse directamente afectados por la instalación de la maltería en la zona.
El expediente no se sometió a una consulta pública como exige la ley para proyectos de esta magnitud. Además, la falta de estudios de impacto ambiental y de certificación de aptitud ha generado preocupación entre los expertos y ciudadanos. Los concejales aprobaron la venta sin conocer los estudios técnicos ni los detalles sobre el impacto que la planta tendría en la comunidad.
Las organizaciones locales y los vecinos advierten que el lugar elegido para la instalación de la maltería a pesar de datar como industrial desde la década del 80´ está en una zona urbana y turística, lo que representa un serio riesgo para la calidad de vida de los residentes y el medio ambiente. A pesar de las promesas de empleo e inversión, no hay certeza sobre el impacto ambiental que esta planta tendrá en el ecosistema local.
Según el expediente, la venta de las calles fue justificada por la promesa de una inversión de 150 millones de dólares en la futura planta de Malten S.A., que, según los solicitantes, generaría más de 100 empleos directos y 700 empleos indirectos. Además, los fondos obtenidos de la venta, 85,5 millones de pesos, serían destinados a la mejora del sistema de alumbrado público de Necochea.
Final Proyecto de Ordenanza Venta Calle Maltera by Lucila Merzario
Sin embargo, la falta de estudios previos sobre el impacto ambiental y social de la maltería ha generado muchas dudas sobre la viabilidad de este tipo de promesas. Los vecinos y organizaciones locales han cuestionado la manera en que se ha manejado el proceso y cómo se han priorizado los intereses privados sobre los derechos de los habitantes de la ciudad.
El proceso de venta de estas calles en Necochea ha generado una fuerte preocupación en el ámbito local, especialmente cuando se compara con la forma en que el municipio de Olavarría manejó una situación similar. En noviembre de 2024, el Concejo Deliberante de Olavarría aprobó la venta de un tramo de calle a Loma Negra, con un proceso mucho más transparente y público.
A diferencia de Necochea, el proyecto en Olavarría fue debatido en una sesión especial, con la participación de los concejales y la ciudadanía. Los fondos de la venta, que alcanzaron los 2,3 millones de dólares, fueron destinados a proyectos de infraestructura en salud, vivienda y mejoras en los barrios más necesitados. Además, se estableció que la empresa Loma Negra cedería gratuitamente una nueva calle al municipio. Esta transacción estuvo rodeada de un proceso democrático, con la participación activa de los concejales, las comisiones y la ciudadanía.
Consultando con profesionales de la Universidad de Mar del Plata, se advirtió que la venta de calles públicas podría sentar un precedente preocupante para el futuro de las ciudades. Según estos expertos, las calles y otros bienes públicos deben considerarse patrimonio común y no pueden ser tratadas como terrenos fiscales. Este tipo de decisiones, tomadas sin un análisis técnico ni un debate adecuado, violan principios fundamentales de urbanismo y derecho público.
La venta de bienes públicos, especialmente calles, debería someterse a un debate profundo y transparente, y no ser una decisión que se toma a espaldas de la comunidad. Como destacan los expertos, las calles son inalienables e imprescriptibles, lo que significa que no pueden ser vendidas ni transferidas sin una justificación legal y técnica sólida.
Otro punto clave que se ha señalado es la falta de estudios de impacto ambiental adecuados. Durante la consulta pública organizada por el Ministerio de Ambiente de la Provincia de Buenos Aires, más de 120 comentarios negativos fueron presentados, muchos de ellos criticando la ubicación del proyecto y advirtiendo sobre los riesgos ambientales que podría generar. Los residentes han expresado su preocupación por los efectos de la planta en la calidad del aire y del agua en la zona.
A pesar de la alarmante falta de estudios de impacto, el expediente fue aprobado sin ningún tipo de análisis exhaustivo sobre los riesgos que la futura maltería podría generar en un área densamente poblada y cercana a zonas turísticas.
La venta de las calles en Necochea a Malten S.A. representa un grave error en términos de transparencia y participación ciudadana. Las autoridades locales deben revisar este proceso y considerar una consulta pública abierta para que los vecinos puedan expresar su opinión sobre el impacto que tendrá este proyecto en la comunidad. La falta de debate, la omisión de estudios ambientales y la ausencia de información adecuada han puesto en evidencia un proceso opaco que ha dejado a los ciudadanos fuera de las decisiones que afectan su ciudad.
La venta de bienes públicos no puede ser tomada a la ligera, y mucho menos sin el consenso de la comunidad. Es urgente que los concejales y el Ejecutivo municipal reconsideren esta decisión y aseguren que las futuras inversiones en Necochea sean hechas de manera responsable, transparente y respetuosa con los derechos de los habitantes.
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