

El desencanto con la clase política
Los militantes de base y algunos sectores populares coinciden en que las elecciones, al menos hasta ahora, no despiertan el interés esperado, especialmente en los barrios más humildes. El panorama es claro: la política parece un tema distante, sin relación directa con las necesidades cotidianas de los habitantes. La promesa de cambio se percibe como algo vacío, y la sensación de que “todo es lo mismo” se ha instalado como un sentimiento común en muchas familias.
No solo es un tema de desinterés, sino también de desconfianza. La falta de representatividad se ha convertido en uno de los principales reclamos. Muchos necochenses sienten que las propuestas de los candidatos no responden a los problemas reales de la ciudad. Y si bien el voto es obligatorio, el hartazgo lleva a que muchos se cuestionen la efectividad de su participación.
La calle refleja un desinterés generalizado
En este contexto, una parte significativa de la población no ve en las elecciones un acto de reivindicación democrática, sino una acción de rechazo a lo que representan los políticos tradicionales. Las encuestas a nivel nacional y en provincias que ya ejercieron su derecho muestran que un alto porcentaje de la gente no vota por convicción, sino porque la opción de abstenerse parece una alternativa más genuina. La polarización, que sigue marcando el escenario político nacional, también contribuye a esa desconexión, especialmente cuando las personas sienten que sus opciones son reducidas a dos polos extremistas.
Un reflejo de una crisis de representación
Muchos de los problemas no residen únicamente en la desconexión de los ciudadanos con las elecciones, sino también en cómo se ha perdido la capacidad de los partidos de generar un lazo de pertenencia. Los votantes ya no se sienten identificados con las plataformas políticas. El desencanto ha llegado a tal punto que la participación se convierte, más que en un acto de elección, en una forma de “reafirmación” o rechazo. En muchos casos, votar es más una cuestión de evitar lo peor que elegir lo mejor.
La desconexión como obstáculo para la democracia
La creciente desmotivación electoral tiene un impacto negativo directo en el funcionamiento democrático. El ausentismo electoral no solo limita la representatividad de las urnas, sino que también afecta la calidad de la democracia. Sin una participación activa, los resultados de las elecciones pierden peso y se ve comprometida la capacidad del sistema para representar las verdaderas preocupaciones de la población.
Para aquellos que aún se muestran dispuestos a votar, la clave parece estar en votar a "sus mismos de siempre" por sentido de pertenencia pura o encontrar un candidato o un partido que logre reconectar con sus emociones, preocupaciones y necesidades. Sin embargo, el marketing electoral, con sus promesas vacías y eslóganes vacilantes, no logra cubrir el vacío de confianza que ha ido creciendo en Necochea.
¿Te acordás la última vez que votaste cómo lo decidiste?
(Lós candidatos a intendentes del 2023. Arabarco, Rivero, Rojas, Migueles y Nosek)