

En la misma se abordó la problemática de la operativa de sucursales, así como la falta de ingresos de nuevos postulantes. Además, se destacó la necesidad de articular una política destinada a la protección de las sucursales del Banco Nación en las localidades distribuidas en el interior productivo de la provincia de Buenos Aires. Los argumentos vertidos en este sentido apuntan a que estas delegaciones no solo garantizan la democratización de los servicios financieros, sino que son centrales en el sostenimiento de la actividad agropecuaria, las pymes y el comercio local.
"La idea era tomar contacto con el gerente zonal de la seccional del Mar del Plata, que es una seccional muy grande. Abarca desde Chascomús hasta San Cayetano, incluyendo el mayor centro urbano de la región, que es Mar del Plata. El objetivo era ponernos al tanto de cuál es la mirada, las políticas que está llevando adelante esa seccional, para tratar de mitigar el impacto de la pérdida de puestos de trabajo. Esto se da a través de un plan que se viene implementando en este gobierno de retiros voluntarios anticipados. Esto ha llevado a que la dotación total del Banco Nación, a nivel nacional, haya pasado de cerca de 18.000 empleados y empleadas a escasos 15.000 al día de hoy", explicó Ledesma.
El dirigente sindical destacó que la pérdida de esos 3.000 puestos de trabajo, a raíz de los retiros voluntarios, genera un impacto operativo que pone en peligro la supervivencia de muchas sucursales de la región. "Hoy tenemos sucursales que están atendiendo con 5 o 6 personas, cuando la base histórica nunca bajaba de 12. Esto dificulta muchísimo la atención", agregó Ledesma.
El aumento de la mora en productos como las tarjetas de crédito, junto con la caída en el cumplimiento de las deudas por parte de muchos de los clientes del Banco Nación, también agravan la situación. Esto se debe a la crisis económica, que ha elevado el costo de vida y la necesidad de financiamiento bancario, pero en un contexto donde los productos bancarios tradicionales, como los créditos hipotecarios, tienen una difícil colocación.
"El combo es letal para la supervivencia de un esquema de banca pública, específicamente del Banco Nación. Este banco se ve exigido a obtener rentabilidades que no tiene la capacidad de generar".
Además, lamentó que se desprecie la influencia de estos bancos en el crecimiento de las comunidades más alejadas, donde otros bancos no tienen interés en participar. Según el dirigente, en el interior productivo de la provincia de Buenos Aires, donde se encuentran localidades como Orense, San Cayetano, Fernández y La Dulce, el acceso a la banca pública es fundamental para la supervivencia económica de la región.
"Estas comunidades dependen de manera muy importante de la posibilidad de acceder a las herramientas de financiación para su producción a través de la banca pública. Las pérdidas o el riesgo de cierre de las sucursales pondría en peligro esa única posibilidad de acceder al sistema financiero", advirtió Ledesma.
En este sentido, destacó que el cierre de una sucursal de un pueblo del interior tiene un impacto personal y familiar mucho mayor que en las grandes ciudades. "Cerrar una sucursal en un pueblo del interior, como Fernández, La Dulce, Orense o San Cayetano, implica trasladar a un compañero o compañera 200 o 300 kilómetros, lo que puede significar la pérdida de su puesto de trabajo, el desarraigo de su familia y la mudanza. En Mar del Plata o en Buenos Aires, este impacto es mucho menor".
Desde la Asociación Bancaria, Ledesma y los referentes sindicales exigen que el Banco Nación adopte una política más federal en relación con las sucursales del interior. "Queremos y nos proponemos como representación del trabajador bancario participar de las decisiones y proponer alternativas de solución que no tengan una centralidad en decisiones capitalinas, sino que atiendan la demanda y las circunstancias de los distritos del interior, que no son los mismos que los grandes centros urbanos", concluyó Ledesma.
La situación preocupa a los trabajadores bancarios, quienes insisten en la necesidad de que se tomen decisiones que protejan las sucursales en el interior, clave para el desarrollo económico de muchas localidades productivas.