

Según un informe de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), las ventas de juguetes cayeron un 5,2% con respecto al mismo período de 2024. Este desplome ocurre en un contexto marcado por un aumento histórico de las importaciones, que se dispararon un 84% en valor y un 114% en volumen entre enero y julio de 2025, en comparación con el mismo período del año anterior. Los productos importados, especialmente aquellos de bajo costo y calidad, están desplazando a los productos nacionales, lo que pone a la industria local al borde del colapso. La CAIJ advierte que el 50% de las importaciones de juguetes provienen de productos que no superan los 3 dólares por kilo, lo que no solo genera competencia desleal, sino que también plantea serias preocupaciones sobre la seguridad infantil debido a la baja calidad de estos productos.
En cuanto a la capacidad de producción local, la industria nacional de juguetes, compuesta en su mayoría por pequeñas y medianas empresas (PyMEs), está operando apenas al 50% de su capacidad instalada. La situación es crítica: los aumentos en las tarifas y los costos de producción no pueden ser trasladados a los precios de venta debido a la presión de los productos importados más baratos. Con márgenes de ganancia mínimos, muchas empresas están luchando por mantenerse a flote.
A nivel de ventas, el ticket promedio en jugueterías alcanzó los $33.736, lo que representa un leve aumento frente a los $31.987 del Día del Niño 2024. Sin embargo, esta variación es engañosa, ya que descontada la inflación, la variación real es negativa, con una caída del 21,1% en términos de poder adquisitivo. Aunque las promociones fueron diversas, predominaron las compras de productos más baratos y de menor valor. En muchos casos, los comercios recurrieron a liquidaciones de productos de años anteriores para intentar mover el stock, una situación que refleja la grave crisis del sector.
Por otro lado, según los datos de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el panorama no es menos desalentador. El informe de la CAME señala que, en general, solo el 22% de los comercios logró vender más que en 2024, lo que confirma el estancamiento generalizado del consumo en el mercado minorista. Este dato incluye varios sectores, como calzado, indumentaria, equipos electrónicos y, por supuesto, la juguetería. En conjunto con la caída de ventas, la CAME también destacó que la industria local sigue siendo golpeada por las altas tasas de interés y el nivel de endeudamiento de las familias, lo que limita aún más la capacidad de consumo.
A pesar de un aumento del 30% en las ventas online, el comercio electrónico no ha logrado compensar la caída del canal físico, que aún representa el 76% de las operaciones en el sector. Las PyMEs siguen dependiendo en gran medida del comercio físico, donde la crisis se siente con mayor intensidad, debido a la escasa disponibilidad de efectivo y la falta de financiación accesible para los consumidores.
El impacto de las importaciones, las altas tasas de interés y el bajo poder adquisitivo están llevando a las empresas a una situación insostenible. Sin una estrategia efectiva de protección a la industria nacional, el Día del Niño 2025 ha servido como una muestra más de que la crisis económica sigue afectando el consumo interno, especialmente en sectores clave como el juguete.