

Según lo revelado en el programa ¿Y mañana qué? de TN, hasta julio de 2025 cada oftalmólogo adquiría los lentes directamente a los laboratorios y luego rendía la factura al PAMI. El valor promedio era de $28.000 a $35.000, un precio de mercado que coincidía con los cuatro laboratorios productores.
Pero en agosto, mediante la resolución 1737/2025, el PAMI centralizó la compra mediante una licitación de $80.000 millones por un año, con opción de prórroga. Lo que prometía mayor control y ahorro, según denuncian los profesionales, se convirtió en un escándalo de sobreprecios.
“El mismo lente que comprábamos por $28.000 a $35.000, el PAMI lo estaba pagando entre $150.000 y casi $300.000”, denunciaron más de 500 oftalmólogos en un chat nacional.
Los ejemplos son contundentes:
Implantec S.A. vendió 100 lentes Acryfold a un médico a $24.800 cada uno; al PAMI le facturaron $162.166.
Visión Médica S.A. cotizó lentes Eyeol a $28.249; el organismo pagó $279.704 cada uno.
MSZ presupuestó lentes Auroflex a $32.000 más IVA; PAMI desembolsó $177.939.
Además del impacto económico, la centralización generó retrasos en los envíos, obligando a reprogramar cirugías ya programadas, afectando directamente a los jubilados que esperan recuperar la vista.
Desde el PAMI, en defensa del sistema, afirmaron que el precio incluye lente, doble solución viscoelástica, logística, trazabilidad y provisión continua. Compararon además con otras obras sociales:
“OSDE paga $1.148.000 y la obra social del Poder Judicial $740.000 por la cirugía completa, mientras que nosotros gastamos $565.000”, aseguraron.
Sin embargo, para los oftalmólogos, la diferencia entre lo que pagan los profesionales y lo que paga el Estado sigue siendo obscena, y demuestra que la centralización no mejoró el servicio.
Este nuevo capítulo se suma a otras denuncias sobre irregularidades en la gestión libertaria del PAMI: compras de alimentos, licitaciones de pañales y contratos con empresas vinculadas a funcionarios. Según los especialistas, mientras se recortan medicamentos y jubilaciones, se firman contratos millonarios con sobreprecios que perjudican a los jubilados.
“Es una estafa doble: al erario público y a los abuelos que necesitan recuperar la vista”, concluyen los profesionales.
La denuncia evidencia, una vez más, la “ceguera ética” del gobierno libertario en el manejo de los recursos del Estado y el impacto directo sobre los afiliados del PAMI.