

Durante gran parte del día, los vecinos habían disfrutado de una jornada soleada, con temperaturas agradables tras varios días nublados, fríos y con intensas lluvias. Incluso los pronósticos meteorológicos no anticipaban cambios significativos hacia el final de la jornada. Sin embargo, todo cambió alrededor de las 19 horas.
El cielo se cubrió rápidamente de nubarrones, comenzaron los truenos y relámpagos, y el viento del sector sur trajo consigo una intensa caída de agua. Lo más llamativo fue el repentino granizo, que golpeó con fuerza durante unos diez minutos y cubrió la ciudad de blanco.
Las piedras de granizo fueron de un tamaño considerable, más grandes de lo habitual, lo que impidió que se derritieran rápidamente. De esta manera, calles, patios y jardines quedaron blancos, generando un paisaje tan sorprendente como efímero.
En las veredas, muchos vecinos buscaron refugio bajo los techos o dieron la espalda a la calle para protegerse del impacto de las piedras, que caían con violencia impulsadas por el viento. Afortunadamente, hasta el momento no se reportaron daños materiales por este fenómeno climático.
La intensidad del granizo, sumada a la rapidez con la que cubrió la ciudad, generó gran repercusión en redes sociales. Cientos de vecinos compartieron fotos y videos del momento, mostrando cómo la ciudad costera quedó teñida de blanco en cuestión de segundos.