

En un comunicado difundido por su portavoz Julie Kozack, el organismo internacional aseguró que “el staff del FMI está trabajando de manera cercana con las autoridades argentinas mientras implementan su programa para afianzar la estabilidad y mejorar las perspectivas de crecimiento del país”. Además, respaldó el compromiso oficial de “garantizar la sostenibilidad del marco cambiario y monetario, así como la adhesión al ancla fiscal y a la agenda integral de desregulación”.
IMF staff is closely engaged with the Argentine authorities as they implement their program for entrenching stability and improving the country’s growth prospects. (1/2)
— Julie Kozack, IMF (@IMFSpokesperson) September 9, 2025
El mensaje fue replicado rápidamente por el ministro de Economía, Luis Caputo, en sus redes sociales, y también por el propio presidente Javier Milei. El mandatario ratificó que “no nos moveremos ni un milímetro del programa económico: equilibrio fiscal, mercado monetario ajustado y en lo cambiario se mantienen las bandas pactadas con el FMI. Además, seguiremos desregulando”.
El pronunciamiento del Fondo llega en medio de un clima de tensión en los mercados. El lunes posterior a los comicios, los activos argentinos sufrieron una caída de hasta el 24% en Wall Street, mientras que el riesgo país se disparó a casi 1.100 puntos básicos. Este martes hubo un leve rebote: los bonos en dólares recuperaron entre 2% y 4% y las acciones líderes anotaron subas moderadas, aunque insuficientes para compensar las pérdidas previas.
En el plano cambiario, la presión se mantuvo. El dólar oficial avanzó otros 10 pesos y cerró a 1.435 en el segmento minorista, mientras que en el mercado mayorista alcanzó los 1.416,50 pesos, quedando a solo un 3,8% del techo de la banda de flotación acordada con el FMI. La estrategia del Tesoro de intervenir en el mercado de cambios, con ventas estimadas en 500 millones de dólares la semana previa a las elecciones, dejó en duda la capacidad del Gobierno de cumplir con las metas de acumulación de reservas establecidas en el acuerdo vigente.
La reacción de los mercados refleja la persistente desconfianza sobre la sostenibilidad del plan económico libertario. A la par de la falta de dólares y la caída de la actividad, se suman las dificultades para contener la inflación y los costos sociales del ajuste fiscal. La derrota en la provincia de Buenos Aires encendió, además, alarmas sobre el desgaste político del oficialismo en su primer año de gestión.
Si bien el respaldo del FMI busca dar previsibilidad, analistas advierten que el apoyo del organismo no alcanza, por sí solo, para revertir el escepticismo de los inversores. En ese sentido, el Gobierno enfrenta el desafío de sostener la estabilidad cambiaria en un escenario de creciente volatilidad y presiones externas.