

De este modo, una familia tipo de cuatro integrantes —dos adultos y dos menores— necesitó $1.160.780 para no caer por debajo de la línea de pobreza.
En paralelo, la canasta básica alimentaria (CBA), que mide la indigencia, se ubicó en $520.529. Para un adulto, los valores fueron $375.657 para no ser pobre y $168.456 para no ser indigente.
El INDEC detalló que la suba de las canastas fue inferior a la inflación, con incrementos interanuales del 23,5 %, mientras que los precios generales subieron 33,6 %. Esto refleja que, pese a la menor variación de la CBT y la CBA, los ingresos familiares continúan muy por debajo de lo necesario para cubrir las necesidades básicas.
Según encuestas privadas, siete de cada diez argentinos desconfían de los números oficiales y aseguran que los precios de alimentos, servicios y tarifas se sienten aún más altos en la vida cotidiana.